miércoles, 24 de septiembre de 2014

Recursos naturales y conflicto social. Una propuesta elemental




De las distintas acepciones que el DRAE recoge de la palabra elemental, tal vez la que más se acerca al uso que le doy en esta nota es la de "obvio, de fácil comprensión, evidente"; y agregaría carente de pretensiones.

En el país es parte de la vida cotidiana la existencia de expresiones de protesta de comunidades en contra de compañías nacionales y extranjeras que al amparo de la fuerza represiva del gobierno central se lanzan cual nuevos conquistadores en pro de la dominación total, para desarrollar diversos proyectos de explotación, básicamente relacionados con extracción minera y construcción de complejos hidroeléctricos. (Recuérdese que cuando el conflicto en Santa Cruz Barillas alcanzó un punto álgido, hubo voceros de estas compañías con espacios en la prensa escrita, que sin ningún rubor expresaron que todo se reducía a una segunda y definitiva conquista.)
Para evitar la "conflictividad" aparejada a estos proyectos se suele señalar que se requieren dos cosas: darles suficiente información a las comunidades sobre los beneficios de los proyectos, y, segundo, diálogo entre las comunidades y los empresarios.
En esta nota mi intención es plantear una propuesta elemental y muy básica, seccionada en los siguientes puntos:
1)          Todos, tal vez haya una o varias excepciones, los sitios en donde los empresarios están o desean impulsar proyectos de explotación minera o hidroeléctrica, están poblados por hombres y mujeres en situación de pobreza o pobreza extrema. Las personas no llenan el estómago con información y diálogo, sino con alimentos.
2)          El agua y los recursos del subsuelo son propiedad de todos y todas los habitantes del territorio conocido como Guatemala. Por lo tanto, su explotación debe beneficiar a todos y no únicamente a los privilegiados que cuentan con el capital necesario para su explotación. Es inadmisible el argumento de que mediante el pago de impuestos y un mínimo de regalías se cumple con tal condición.
3)          La comprensión actual que tenemos de la interacción entre el ser humano y la naturaleza nos obliga a poner como condición sine qua non para realizar cualquier proyecto que involucre subsuelo y agua, que el impacto ambiental sea mínimo o pueda minimizarse. No se deben hacer proyectos de explotación que impliquen severos daños ambientales.
4)          Ningún proyecto de explotación de subsuelo y agua debe hacerse a contracorriente de las aspiraciones de las comunidades que pueblan el territorio involucrado.
5)          En su relación con las comunidades los proyectos deben considerar que las mismas participen de manera directa como beneficiarios. ¿Cómo se podría lograr esto?
6)          Para responder al punto anterior se propone que todos estos proyectos se desarrollen por empresas de capital accionario con participación del gran capital privado, el estado (gobierno central y gobierno municipal) y pequeños inversionistas. Esta propuesta elemental sugiere una distribución de participación de: gran capital, no más del 55%; gobierno central, 15%; gobierno municipal, 10%; y pequeños inversionistas, 20%.
7)          La participación del gobierno central y municipal se da por derecho propio; no precisan hacer ningún aporte de capital.
8)          Los pequeños inversionistas son aquellos cuyo aporte de capital no debería ser superior al 0.5% del total (esta cifra es arbitraria, supongo que podrán haber criterios técnicos para definirla). Cuando el proyecto requiere de la compra de tierra para su realización, los propietarios de dicha tierra deberán ser retribuidos tanto con dinero como con participación accionaria.
9)          Se deben considerar mecanismos dirigidos a evitar que abierta o solapadamente el 20% de la participación de pequeños inversionistas termine en manos de los grandes.
10)          Ninguna utilidad derivada de estos proyectos estará exenta de impuesto.

Son diez puntos básicos, elementales, triviales, pero que tal vez contribuyen a encontrar una salida satisfactoria para las comunidades y el país.