Señores
presidentes de las distintas cámaras empresariales que conforman el Comité
Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financiera
(Cacif):
Atentamente me dirijo a ustedes para
manifestarles algunas preocupaciones en torno a la grave situación del país y a
la posición que ustedes, como cúpula del sector empresarial, han expresado, sin
haber consensuado previamente con las bases de los sectores a los cuales dicen
representar.
1.
Es
lamentable que en el afán de proteger a unos cuantos empresarios que han
cometido ilegalidades, particularmente en asuntos relativos a corrupción,
ustedes adopten una actitud abiertamente en contra del Ministerio Público, la
Comisión Internacional Contra la Impunidad y más recientemente contra el
Procurador de los Derechos Humanos.
2.
Guatemala
es un país en el que los empresarios más poderosos, unas pocas familias, entre
ellas algunas que se consideran a sí mismas incluso herederas de los
conquistadores españoles, han tenido el dominio absoluto de la economía, la
política y la sociedad guatemaltecas. Ese dominio, con una visión atrasada de
lo que debería ser una economía de libre mercado, no ha permitido que Guatemala
se desarrolle como un país con oportunidades para todos.
3.
Es
cierto que dentro del sector empresarial hay personas trabajadoras,
emprendedoras, honradas y que gracias a un trabajo tesonero y múltiples riesgos,
han logrado acumular riqueza, pero también es cierto que hay una alta
proporción de empresarios que han acumulado fortunas gracias al despojo de
tierras de campesinos de los pueblos originarios, al monopolio de la producción
de artículos de consumo popular, todo ello gracias a que durante siglos han
gozado del control absoluto del Estado. La historia nacional cuenta con hechos
tan ignominiosos como las cárceles en las fincas, en donde el patrono era amo y
señor.
4.
Como
si no hubiera sido suficiente con el despojo campesino, a finales del siglo xx
los gobiernos, todos ellos contando con el apoyo irrestricto de ustedes, se
dedicaron a desmantelar el poco estado que teníamos: privatizar empresas
públicas a precios irrisorios, destruir la carrera de serivicio civil mediante
contrataciones temporales por contrato, destruir las instituciones públicas
dedicadas a la construcción de infraestructura para poder lucrar libremente con
ello. El ejemplo más claro de este expolio es la prohibición para que la banca
central pueda hacer préstamos al estado.
5.
Este
desmantelamiento del estado condujo a lo que tenemos hoy, una seudodemocracia
en donde las empresas políticas, financiadas por el gran capital, y ahora por
dineros provenientes del crimen organizado, ponen y quitan presidentes y
diputados, a sabiendas de que posteriormente tendrán que pagarles los favores
con concesiones de obra pública.
6.
En
2015 vivimos grandes jornadas de lucha en contra de la corrupción, que
culminaron con la caída del gobierno de Otto Pérez Molina, a quienes ustedes
financiaron e incluso le proporcionaron cuadros para ocupar importantes
ministerios. Arguyendo principios constitucionales como la presunción de
inocencia y el debido proceso ustedes defendieron hasta el final al corrupto
gobierno de Pérez Molina.
7.
La
crisis del 2015 terminó con la elección de un mediocre comediante, que hoy, de
acuerdo con las denuncias presentadas por el Ministerio Público y la Comisión
Internacional contra la Impunidad, también es corrupto y más allá de ello ha
demostrado una total incapacidad para dirigir el funcionamiento diario del
gobierno, menos aún para liderar los cambios que el país necesita para alcanzar
cuestiones tan elementales como los objetivos de desarrollo sostenible.
8.
De
nuevo, al igual que en 2015, ustedes, en lugar de ponerse del lado correcto de
la historia, se atrincheran respaldando a un presidente y un Congreso que a
todas luces no solo son incapaces, sino que actúan como verdaderos
delincuentes. ¿De verdad quieren pasar a la historia estando en la foto a la
par de narco ganaderos?
9.
Nacional
e internacionalmente, el gobierno de Jimmy Morales está aislado. Terminará
cayendo y con él las fuerzas del crimen organizado y las que teniendo alguna
legitimidad se obstinan en apoyarlo, por el temor de perder el control del
país. En estos últimos están ustedes: hoy, como lo hicieron en 2015, insisten
en frases que a la altura del momento ustedes mismos han tornado en palabras
huecas: “debido proceso”, “soberanía”, “presunción de inocencia”, “institucionalidad”.
10. Si de verdad aman a este país como
dicen hacerlo, es momento de que dejen su arrogancia, y de que vean en la
población que ustedes han empobrecido a interlocutores válidos para construir
un nuevo país. Guatemala necesita de diálogo, pero de diálogo en donde quienes
se sienten a la mesa vean al otro como un igual, no como alguien que no tiene
derechos.
Como guatemaltecos
tienen dos caminos: apoyar a Jimmy Morales y al crimen organizado que está con
él, o ponerse del lado del pueblo como uno más, sin arrogancias, con humildad,
y con mucho sentido común para construir un país para todos. ¡La decisión es de
ustedes!