La tentación de la censura.
Por: Luis Aceituno
Con un año de prisión y Q50 mil de multa, el Tribunal Séptimo de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente acaba de condenar al editor Raúl Figueroa Sarti por haber utilizado una fotografía (como ilustración de una de las publicaciones de su casa editorial F&G) sin la autorización escrita de su autor, el señor Mardo Escobar. Este último reconoció durante el juicio haber otorgado su autorización verbal.
La sentencia pone en peligro de desaparición a F&G, una de la más importantes editoriales independientes del país, especialista en ciencias sociales y literatura y editora durante los últimos años de invaluables textos de análisis y reflexión sobre la realidad nacional.
La decisión de los tribunales, entre desmesurada y ridícula, para una caso que no va más allá del malentendido, da lugar a que aventuremos una serie de conjeturas. Entre ellas, la del complot para acallar a un editor, cuyos trabajos no son del todo gratos para los poderes ocultos que manejan este país.
En este sentido, la criminalización de Figueroa abre la puerta para que empiecen a generarse mecanismos para neutralizar la actividad de editoriales independientes que difunden textos críticos sobre la situación nacional. Esto no es hilar fino, si recordamos que la censura siempre ha sido una tentación para algunos funcionarios del Estado, a los que la libertad de expresión y la libre circulación de las ideas les causa escozor.
Otra conjetura posible, es la de la pura y simple corrupción. Es decir, un fallo que respondería a intereses mezquinos dentro de la misma burocracia judicial. El señor Escobar trabaja en el Juzgado Cuarto de Sentencia y la manipulación de datos y pruebas, para pagar deudas o favorecer a un colega, ha sido practica común en el sistema de justicia del país.
Corresponde entonces al Fiscal General de la Nación proporcionarnos una explicación válida al respecto.
Publicado en "El Periódico", 11 de agosto de 2009: http://elperiodico.com.gt/es/20090811/lacolumna/109976/
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