Nosotros, ciudadanos preclaros, hijos de la Patria, representantes de las fuerzas vivas de toda la Nación, comerciantes, agricultores --grandes y muy grandes--, industriales, banqueros, exportadores de productos tradicionales, no tradicionales y novísimos, expresamos a la opinión pública:
- Denunciamos ante la comunidad nacional e internacional la ofensiva comunista en contra de nuestra Patria y nuestros sagrados valores. En este año en que caminamos victoriosos en la derrota del virus comunista, nuestra Guatemala es víctima de quienes pretenden denigrar nuestros 200 años de vida independiente, afirmando que no hay nada que celebrar. ¡Sí tenemos que celebrar, y mucho!
- Lo primero que estamos celebrando y no dejaremos de celebrar de aquí a la eternidad es que nuestros abuelos tuvieron la valentía, la hidalguía, la lucidez histórica de adelantarse a los acontecimientos y declarar la Independencia antes de que el terrorismo internacional liderado por los comunistas se aprovechara de nuestras debilidades y declarara la Independencia azuzando a las masas desagradecidas. Gracias a esos próceres se logró en 1821 asestarle la primera derrota al comunismo internacional en nuestro territorio.
- Han sido 200 años en que hemos logrado mantener vivos los valores de la sacra propiedad privada y el derecho de cada uno a una libertad plena. En nuestra Patria, ¡Gracias a Dios!, a nadie se le obliga a ir a una escuela. A las escuelas solo asisten quienes así lo quieren hacer. Ello es el resultado de un absoluto respeto a la libertad de pensamiento. Desde el principio los grandes dirigentes de la Patria comprendieron que la escuela, al inculcarle a los niños ideas ajenas a las del hogar, es la gran violentadora del derecho a pensar libremente. Seguiremos luchando por que el derecho humano a pensar libremente se mantenga incólume.
- Después de 200 años de Independencia, Guatemala es uno de los países más libres del planeta. En ningún otro país se respeta tanto como en el nuestro el derecho a la libre locomoción: los guatemaltecos pueden salir del país cuando quieran, como quieran y por donde quieran. Todos los días salen del país centenares, cuando no miles, de hombres y mujeres, incluso menores de edad no acompañados, en busca de aventura y nadie se los impide, nadie les pone un alto. Eso es libertada absoluta.
- A pesar de las persistentes arremetidas del comunismo internacional, en nuestro país sigue vigente la libertad de comercio y de empresa. Prueba de ello es cómo nuestro querido Presidente, el insigne e ilustre Médico de Cuerpos y Almas Alejandro Giammattei, ha conducido la lucha en contra de la pandemia. Los habitantes de esta Patria Bendita pueden recibir asistencia médica en donde ellos quieran, desde los humildes hospitales públicos hasta hospitales que nada tienen que envidiar a hoteles de cinco estrellas. Y cuando alguna persona tiene dificultades para pagar las cuentas, nadie, nadie, pero nadie, le impide salir con el sombrero en la mano a hacer una colecta, ni se le están auditando los dineros recaudados para cobrarle impuestos. ¿Puede haber una libertad más grande?
- En el siglo xx nuestra Patria sufrió mucho, pero nuestros padres, hombres valientes y, aunque pacíficos, aguerridos cuando se trata de ser aguerridos mantuvieron incólume la libertad e Independencia de la Patria. Así fue como en 1954, con la ayuda generosa de ese pueblo hermano, Estados Unidos, hoy sometido a los designios del comunismo internacional, derrotamos al advenedizo Jacobo Arbenz y logramos la expulsión de cientos de miles de comunistas. Vencimos y seguimos siendo libres.
- Un gran éxito que celebrar ahora que cumplimos 200 años de Independencia es que logramos construir grandes alianzas. Gracias al apoyo del pueblo Hijo de Dios vencimos de nuevo al comunismo internacional cuando ya se terminaba el siglo xx. Los comunistas --que pusieron sin vergüenza alguna todo lo perversos que pueden ser-- acusaron a nuestro glorioso Ejército vencedor de mil batallas de asesinatos cuando fueron ellos los que hacían que las personas atravesaran los campos de tiro del Ejército; algunos llegaron al extremo de irse a otros países y denunciar a nuestras valientes fuerzas armadas de desaparición forzada. Estamos luchando denodadamente en contra de la mentira y hoy podemos celebrar que el Ministerio Público está dirigido por una de las nuestras, valiente y aguerrida mujer que está dispuesta a liberar a nuestros compatriotas de la cárcel.
- También celebramos que logramos expulsar al último intento de dominación del comunismo internacional: la tal cicig, que pretendió destruir los dos pilares sobre los cuales se asienta nuestro sistema económico y político: la corrupción y la impunidad. Ahora que celebramos la Independencia Patria les decimos claro y sonoramente: Guatemala seguirá siendo el reino de la corrupción y la impunidad, pilares de nuestra libertad.
- Dicen que todo es relativo y que la libertad también. Nosotros nos enorgullecemos de que a 200 años de la Independencia Patria somos libres e independientes de manera absoluta: tenemos un Presidente que hace lo que nosotros ordenamos; el Congreso de la República nos obedece ciegamente, a pesar de los comunistas ahí infiltrados; la Corte de Constitucionalidad literalmente nos hace los mandados, la Corte Suprema de Justicia también goza de absoluta Independencia para estar a nuestro servicio. Para ser breves: no hay institución pública, incluida la universidad estatal, que no tenga Independencia para servir a los intereses de la Patria, que casualmente coinciden con los nuestros.
- . Finalmente, gloria y honor a los grandes hombres que lograron hacer de nuestra Patria una Nación libre de comunismo y sentaron los principios ineludibles en que se asienta nuestra Independencia Nacional: la corrupción y la impunidad. Nuestro eterno agradecimiento a Justo Rufino Barrios, Manuel Estrada Cabrera, Jorge Ubico, Francisco Javier Arana, Carlos Castillo Armas (cariñosamente caca), Enrique Peralta Azurdia (a quien le debemos nuestras mejores leyes), Carlos Arana Osorio (nuestro amado Chacal de Oriente), Mario Sandoval Alarcón (hombre valiente que dirigió el partido de la violencia organizada), Kjell Laugerud García, Romeo Lucas García, Efraín Ríos Montt (el general de mil batallas) y nuestro más reciente protector el Ilustre Bachiller Don Álvaro Arzú Yrigoyen.
¡Qué viva la Patria!
¡Qué viva la Independencia!
¡Qué vivan la corrupción y la impunidad!
¡Qué vivan el Comercio, la Agricultura, la Industria y las Finanzas!
(*) El País Paralelo es un paraíso ficticiamente real, en donde
de vez en cuando suceden eventos –eventuales, no planificados– positivos y
también extremadamente negativos.
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