Francisco Morales Santos
Editor
Premio Nacional de Literatura "Miguel Angel Asturias"
Creo que los derechos terminan donde comienza el abuso, y esto último es lo que ocurre cuando el Tribunal Séptimo de Sentencia, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente ha condenado al editor Raúl Figueroa Sarti con un año de prisión y una multa de Q50 mil. ¿El delito? Dizque utilizar una fotografía sin la autorización escrita de su autor, el señor Marco Escobar, quien ¡vaya coincidencia!, se desempeña como comisario del Tribunal Cuarto de Sentencia Penal del Organismo Judicial.
Ha quedado claro que el susodicho comisario autorizó de palabra el uso de la foto para ilustrar la portada de la novela Cualquier forma de morir del salvadoreño Rafael Menjívar, es más: firmó acuse de recibo de los ejemplares que F&G le envió en el momento en que se lanzó el libro, pero luego vino el requerimiento de Q70 mil por parte del denunciante y a la vez comisario del Tribunal ya mencionado ¡al estilo de las extorsiones en boga! He aquí el abuso.
Lo peor de todo es que el funcionario judicial, que ahora figura como “el ofendido”, le está “mordiendo la mano” a F&G Editores, pues ésta le tendió la mano en el año 2004, al publicarle el libro de cuentos El despertar del sueño, de 132 páginas, que, según mis cálculos le costó alrededor de Q20 mil a la casa editora. ¿Se habrá recuperado su costo en ventas? Lo dudo.
Como bien dice Luis Aceituno, y comparto su criterio, el problema da lugar a una serie de conjeturas, como el querer acallar a un editor por los textos críticos que, sobre la realidad nacional, ha venido publicando, o “por la pura y simple corrupción”.
La Gremial de Editores debió haberse pronunciado desde el momento en que se supo del atropello a Raúl Figueroa Sarti. Aún es tiempo para hacerlo para que la condena se revierta y el caso no se repita.
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