Estimado señor
Don Jorge Briz
Presidente de la Cámara de
Comercio y del Cacif
Usted y yo no
nos conocemos personalmente, por eso es que me tomo la libertad de escribirle
en este mi blog, con la esperanza de que alguno de sus amigos talvez vea esta
carta y se la haga llegar.
Hace unas
semanas leí en la revista ContraPoder una entrevista que le hicieron a usted,
en la cual de manera tajante expresaba su apoyo a la continuidad de la Cicig en
el país. Creo que en ese momento usted aún no era presidente de Cacif. Me
alegró mucho que se expresara de esa manera, en cierto modo me pareció que era
una voz disonante con el coro de grandes empresarios que se han dedicado a
denostar el trabajo de la Cicig. Lo aplaudí e invité a amigos a leer dicha
entrevista.
Me alegré
muchísimo cuando usted y los directivos de Cacif le exigieron al presidente
Pérez Molina que solicitara la renuncia de su vicepresidente; y que además
hiciera pública su declaración de bienes. Tuve la ilusión de que efectivamente
el gran empresariado, a quienes representa el Cacif, finalmente pensaba en el
país y no solo en sus intereses.
Luego de la
renuncia de R. Baldetti, usted y sus compañeros del Cacif dejaron de hablar de
la declaración de bienes del presidente. Se dieron por satisfechos con el
nombramiento de un viejo militante del partido de la violencia organizada como
vicepresidente. De nuevo, el Cacif hace cuerpo con la corrupción y la
impunidad. De nuevo, el Cacif nos dice que en Guatemala es imposible hacer
transformaciones de fondo sin barrer con lo más atrasado, rallano en lo
criminal, de un supuesto empresariado que ha crecido al amparo de prebendas y
privilegios que se han dado a sí mismos como patrones del Estado.
Ustedes, Don
Jorge, al igual que el general retirado Pérez Molina, han perdido toda
autoridad moral para hablar en contra de la corrupción y en favor de la
democracia. Con su hoy reforzada alianza con la corrupción y la impunidad
ustedes se pusieron del lado de quienes están destruyendo a Guatemala. Y no lo
dude, Guatemala se los cobrará.
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