En
días recientes un señor x, de esos que uno se pregunta por qué tienen espacios
en los medios de comunicación para expresar ideas más bien descabelladas
publicó una columna en la que según él pretende encontrar el porqué los pueblos
mayas de Guatemala están como están.
Como
al igual que este señor, yo también creo que tengo ideas que pueden ser
interesantes para los demás, les comparto unas cuantas ideas sueltas sobre el
racismo. Tal vez y les sirven de algo.
1) La
mamá de HS era una señora indígena de Quetzaltenango, que trabajó toda su vida
de empleada doméstica. HS terminó la escuela secundaria como estudiante de
tiempo completo. En la universidad se graduó como auditor. La última vez que lo
vi tenía un trabajo en el que no aplicaba para nada sus conocimientos de
auditor. En el hotel donde trabajó de contador nunca pudo llegar a ser jefe de
contabilidad, pero siempre era el encargado de capacitar al nuevo jefe que
llegaba. Él no se asume a sí mismo como indígena, pero su apellido y sus rasgos
físicos “lo delatan”.
2) Pocas
cosas hay en este mundo que nos ha tocado vivir que siendo inútiles persistan.
Hasta dicen que biológicamente el uso hace al miembro (sin dobles sentidos por
favor). Pues bien... ¿para qué sirve entonces el racismo? Tal vez si entendemos
para qué sirve el racismo podríamos concluir que eliminando ese algo que lo
hace útil lograríamos que el racismo desapareciera.
3) Nunca
he entendido a esas mujeres económicamente acomodadas que confían el cuidado de
sus hijos pequeños a una señora (indígena o ladina) para la cual tienen
destinados en la cocina platos especiales porque ayyy chish, ni modo que coman
en el mismo plato que los patrones y patroncitos.
4) Como
suelen decir los sociólogos cuando quieren aparentar que saben, el racismo
atraviesa la sociedad transversalmente, aunque es más visceral entre más alto
en la escala socioeconómica se encuentra la persona. Es decir, entre más tiene.
Y entre más tiene más necesita justificar esa gran desigualdad, y para ello le
sirve el racismo.
5) Hace
40 años el discurso humanista (para no decir de izquierda, palabra que ofende a
más de alguno) enfatizaba en la igualdad. Hoy se hace énfasis en la diferencia.
¿No será tiempo de insistir en que siendo diferentes somos iguales?
6) Estoy
cercano a cumplir 60 años, así que ya llevo bastante camino recorrido. Imagino
que para muchas personas con sentimientos (más que pensamientos) racistas ha de
ser muy complicado entrar a un restaurante de esos de comida rápida y que le
toque una mesa a la par de otra en donde hay una familia indígena. Eso no se
veía hace 40 años; algo ha cambiado y está cambiando.
7) Por
un momento cierren los ojos e imaginen que de los cruceros de la ciudad
desaparecen los mendigos, en el carro que está a su derecha quien va manejando
es una señora con traje típico de Cobán, los ministros de Finanzas, Economía,
Infraestructura y Vivienda, Educación y Salud son indígenas, Raquel Pajoc ya no
trabaja de empleada doméstica, es la directora de noticias de Canal Antigua y
dirige un exitoso programa artístico en la televisión. ¿Hay espacio en esa
sociedad para el racismo?
8) ¿Qué
fue primero, el huevo o la gallina? ¿Hay discriminación porque somos racistas o
somos racistas porque necesitamos justificar la discriminación? ¿Y si
desaparece la discriminación?
9) ¿Qué
pesa más: el pensamiento racista o el sentimiento racista?
10) La
mala conciencia también es útil. Nos sirve para darnos cuenta de lo feo que
llevamos dentro. ¿La callamos o la enfrentamos?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario