Regresé a Guatemala en agosto de 1993, nueve años después de haber salido huyendo para Costa Rica para salvar la vida. Me fui cuando Guatemala era gobernada por militares y luego de que mi cuñado Carlos Cuevas Molina fue secuestrado por agentes del gobierno y antes de que su esposa, Rosario Godoy de Cuevas, su bebé y su cuñado fueran secuestrados y asesinados luego de crueles torturas. Sí, los militares también torturaron al bebé. Regresé cuando Guatemala era gobernada por Ramiro de León Carpio, puesto por un Congreso corrupto, al cual intentó remover un presidente corrupto, Serrano Elías para más señas.
Desde mi regreso han pasado 18 años y algunos de los depurables (que llegaron a ser tan famosos como los extraditables colombianos) volvieron al Congreso de la República, al punto que hoy se cuentan con los dedos los diputados que podríamos llamar honrados. En estos 18 años he vivido cuatro elecciones y en ellas he votado “útilmente”: es decir por el candidato que teniendo posibilidades de ganar es el “menos peor” y en contra del candidato que también teniendo posibilidades de ganar resultaba ser el “más peor”. De dos males el menor.
Por ello voté por Arzú, luego por Berger, y finalmente por Álvaro Colom. No puedo negar que lo único que no martiriza mi conciencia es saber que las otras opciones hubieran sido mucho peores.
Afortunadamente para mi conciencia ahora no hay ningún candidato con posibilidades de ganar que sea “menos peor”. De los punteros todos son “más peores”. Terriblemente malos, y malos desde cualquier ángulo que se les vea.
Así que ahora voy a votar por el Frente Amplio para todo: Presidencia, diputados distritales, diputados nacionales, Parlacen. Y lo hago no solo por dignidad, sino también con la esperanza de que el Frente Amplio logre una buena bancada en el Congreso y que ello sea un fuerte acicate para que la izquierda, los verdaderos demócratas, los progresistas, entiendan que únicamente unidos pueden hacer de este país un lugar en donde se pueda vivir humanamente. Y para que en las próximas elecciones la izquierda sea una opción ganadora.
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