lunes, 22 de abril de 2013
La verdadera paz nace de la justicia
En las últimas semanas, la ciudadanía se ha visto inmersa en un fuerte, aunque necesario, debate en torno al juicio por genocidio. Sin embargo, más que argumentar sobre los méritos del caso, los ataques se han centrado en la persona e intenciones de los promotores del juicio. Si queremos reconciliación, tendremos que conocer y condenar los actos injustos del pasado y a sus perpetradores, y dar voz a las víctimas. Callar sólo atenta contra la sociedad y la legitimidad del Estado de Derecho.
Hubo actos de genocidio
El conflicto armado no fue un genocidio en su totalidad, pero sí hubo entre 1980 y 1983 actos de genocidio contra pueblos indígenas. Esto no está a debate, pues fue constatado por la Comisión para el Esclarecimiento Histórico; y, a pesar del nivel de crueldad y saña, tales actos de exterminio no fueron excesos individuales, sino medidas institucionales racionalmente planificadas y ejecutadas. La Ley de Reconciliación Nacional no concedió amnistía por genocidio, por lo que pueden llevarse a cabo juicios sobre los hechos.
Una paz sin justicia
El proceso de Paz entre guerrilla y Estado no sólo buscaba terminar el enfrentamiento y reconciliar militares con guerrilleros. Buscaba también reconciliar a los guatemaltecos y sanar el dolor de la violencia contra la población civil. La amnistía sirvió para cerrar el enfrentamiento, pero no la confundamos con reconciliación, ni justicia. El conflicto terminó, pero debemos seguir construyendo la paz para todos.
Para que el enfrentamiento no volviera, se propusieron cambios sociales y económicos, y rescatar la memoria histórica. Sin embargo, la desigualdad, el racismo, la exclusión, la pobreza y la conflictividad persisten. La reconciliación se quiso conseguir sin justicia, y en silencio.
Un juicio determinante
El juicio nos permite escuchar a las víctimas, conocer los hechos, reconocer la responsabilidad de los mandos superiores para no repetir la historia. No se trata de juzgar al ejército, ni sólo juzgar soldados, ni siquiera juzgar sólo militares. Se trata de afirmar una justicia igual para todos, que deduce responsabilidades dentro del debido proceso.
Contrario a muchos planteamientos el juicio no es una amenaza, ni responde a una supuesta sed de venganza. La verdadera amenaza es la vieja herida que sigue sin sanar, y la negativa a curarla.
Buscar justicia es una aspiración legítima y preocupa que quienes promueven el juicio sean amenazados con fantasmas de violencia política, o invocando conspiraciones externas.
Este juicio pone a prueba la imparcialidad de los operadores de justicia y presenta
una oportunidad excepcional para fortalecer el sistema de justicia. Aquí se demuestra
la capacidad del país de construir un futuro con democracia y paz.
Queremos paz con justicia
Más que distraernos con amenazas, si queremos paz debemos construir una Guatemala justa. Consolidemos nuestro sistema jurídico y el Estado de Derecho y respetemos el proceso judicial. La paz legítima es resultado de la justicia.
Alba Cecilia Mérida, Alejandra Herrera, Alejandro Flores, Alicia C. Herrera L., Álvaro Esteban Pop, Amílcar Leonel Dávila Estrada, Ana Lucrecia Molina Theissen, Anabella Acevedo, Antonio José Romero E, Byron Garoz, Carlos Antonio Mendoza Alvarado, César Ramiro García, Claudia Verónica López Robles, Daniel Roberto Otzoy García, Delmi Garrido, Dorotea Gómez Grijalva, Edgar Rolando Barillas, Emma Chirix, Engler Leonardo García Tubac, Félix Alvarado, Flor de María Castañeda Maldonado, Gabriela Ávila Álvarez, Gladys Bala, Glenda García García, Helen Mack Chang, Helena Solares, Helvi Mendizabal, Ilka Oliva, Irene Mendoza Sagrera, Iris Carolina Sosa Pérez, Jorge Mario Rodríguez, José Moreira Ramírez, Joseline Carías Galeano, Juan Carlos Vázquez Medeles, Juan Angel García Tubac, Juan Pensamiento Velasco, Karen Ponciano Castellanos, Karin Slowing Umaña, Laura Rosa Nelly León Noriega, Libertad María Eugenia de León Castellanos, Ligia lxmucané Blanco, Ligia Z. Peláez Aldana, Lily Muñoz, Lucía Terron Gómez, Lucrecia Hernández Mack, Luis Pedro Taracena, Ma. Verónica Sajbin Velásquez, Manolo E. Vela Castañeda, María Victoria García, Mariel Aguilar, Maria Muj García, Marlon Estuardo Urizar Natareno, Matilde González, Nelly de la Torre, Oscar H. Gatica G., Patricia Cortez, Raúl Figueroa Sarti, Rosa Tock, Ruth Betsabé Ovando Hernández., Ruth Piedrasanta, Samuel Perez-Attias, Sandra Echeverría De León, Sara Dalila Arévalo Vásquez, Virgilio Alvarez, Vivian Salazar Monzón, Walter Flores, Xavier Soria J., Ximena Morales.
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There comes a time when silence is betrayal.
ResponderBorrarMartin Luther King