El día de hoy en los distintos medios de
comunicación impresa fueron publicados anuncios del Organismo Judicial en los
cuales convoca a “egresados de las facultades de Derecho del país” a presentar
solicitudes para incorporarse a la carrera judicial como jueces.
En medios especializados la convocatoria
provocó estupor. Tal reacción derivó de dos puntos en los cuales se hace
particular énfasis en la convocatoria: el primero es que a la contratación de
los nuevos jueces se le ha dado carácter de urgente, “emergencia” reza el
anuncio. El segundo es que se solicita que los aspirantes: no tengan
experiencia alguna, no hayan destacado ni profesional, ni social, cultural,
política o religiosamente. Como expresó un analista especializado en temas
judiciales, y quién pidió anonimato: “Entre más anodinos mejor”.
Adicional a lo anterior trascendió que la
potencial contratación de 50 nuevos jueces, “togados” como suelen decir algunos
cronistas de tribunales, no obedece a la creación de nuevos juzgados o
tribunales. Ellos pasarán a formar parte de un “contingente de reserva” que
estaría entrando en acción en el momento en que los jueces que actualmente
están en ejercicio ya no puedan realizar su papel de juzgadores por las
múltiples recusaciones planteadas por defensores de criminales que están siendo
procesados. Y es que a raíz de múltiples fallos de la sala constitucional, se
ha vuelto una práctica común insultar a los jueces públicamente, tirarles tomates,
huevos podridos, etcétera; todo ello con el objetivo de posteriormente
“recusarlos”, porque dada la existencia de “enemistad grave”, el juez “podría
fallar en contra de los representados”.
Un magistrado de la Corte Suprema de
Justicia, que también pidió anonimato (ahora todos tienen miedo de dar su
nombre), expresó que en ese alto organismo existe la preocupación de que si la
sala constitucional y tribunales de apelaciones continúan dándole al derecho de
defensa un carácter absoluto, permitiendo que los procesados “cambien a sus
defensores más seguido de lo que se cambian calzoncillo”, el sistema judicial
colapse como resultado de una parálisis total, derivada de que no habrá juez o
magistrado que no sea recusable.
(*) El País Paralelo es un paraíso ficticiamente
real, en donde de vez en cuando suceden eventos –eventuales, no planificados–
positivos y también extremadamente negativos.
Así, es...resulta lamentable que la justicia se venda al mejor postor. Con esto se alimenta la impunidad en detrimento de la sociedad guatemalteca...Me llama a atención que los jueces entre mas anodinos sean mas con tratables...
ResponderBorrarEs con toda claridad el verdadero rostro de un sistema PERVERSO, necesario, indispensable para mantener incólume los privilegios de la oligarquía. El pilar que junto a la represión y la criminalización de la disidencia mantienen a toda costa ente la crisis cada vez mas profunda de la credibilidad y sus argumentos para mantener vigente el Estado finquero que hace rato colapsó.
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