En tiempos de refundición, que no de refundación, de
la República Paralela, a lo primero que podrían convocar las siglas que titulan
esta nota podría ser asamblea nacional constituyente. Pero no, la recién
fundada institución que reduce su nombre a ANCC no tiene nada que ver con
asuntos constitucionales.
Se trata de una asociación que sus fundadores esperan
llegue a tener cobertura nacional, urbana y rural, que reúna en su seno toda la
diversidad étnica del país paralelo y también la diversidad sexual.
El hecho de que se trate de un Asociación Nacional de
Cacería hace temer a sus miembros de que surja alguna oposición en grupos
ambientalistas, particularmente en aquellos que centran su actividad en la
protección de especies en vías de extinción. Al respecto, su presidente
expresa: “Confiamos en que los grupos ambientalistas puedan comprender que
nuestra asociación es una asociación de cazadores fuera de la común. Nuestro
gusto por la cacería se orienta a una especie animal en particular. También es
importante tomar en cuenta que esta especie no se encuentra en vías de
extinción, sino más bien todo lo contrario: como resultado de programas de
estímulo, directos e indirectos, en los últimos lustros hemos visto que la
especie hacia la cual orientaremos nuestra actividad deportiva ha crecido de
manera exponencial. La abundancia de especímenes que nos interesan hará que al
principio será muy fácil la cacería. Con un solo tiro de escopeta seguramente
caerán unos cuantos ‘patos’.”
“Una vez que se vea lo benéfico que para el País es
reducir la población de estos animales, estamos seguros de que nuestra
asociación incrementará su membresía como ninguna otra asociación similar”,
concluyó el presidente de la ANCC.
¿Qué cuál es el nombre completo de la asociación?
Asociación Nacional de Cacería de Corruptos.
(*)
El País Paralelo es un paraíso ficticiamente real, en donde de vez en cuando
suceden eventos –eventuales, no planificados– positivos.
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