El 9 de noviembre, en un post en
Facebook, me atreví a plantear la necesidad de que las personas, organizaciones
sociales y partidos políticos que en Guatemala estamos descontentos con el
status quo empecemos desde ya a trabajar en la construcción de un frente
nacional democrático que pueda incidir en darle un viraje al estado de cosas en
el país.
Ante el entusiasmo de muchos amigos por
la idea considero que es importante empezar a darle vuelta a distintas ideas
sobre cómo ir conformando dicho frente. Comparto algunas:
1)
En el mismo deberán tener
cabida personas, organizaciones y partidos de un amlio espectro
político-ideológico, desde demócratas progresista hasta la izquierda
revolucionaria.
2)
A pesar de lo
desprestigiada que en el país se encuentra la actividad político-electoral,
este frente debería tener como objetivo convertirse en una fuerza electoral que
en las elecciones del 2015 alcance una votación de al menos entre el 12 y el
15%, tener entre unos 5 y 10 diputados y al menos participar en el gobierno
municipal de unos 20-30 municipios.
3)
Este frente se constituye
para ganar las elecciones y llegar a hacer gobierno, y para lograr ello
necesita convencer a los guatemaltecos de sus propuestas, por lo que un punto
inicial es justamente eso: construir una propuesta de programa en el cual
coinciden las distintas fuerzas que lo integren y que tanto organizaciones como
individuos se convenzan del mismo y contribuyan a su difusión.
4)
En sus expresiones públicas
el frente deberá hacerlo afirmativamente: no en en contra de la corrupción,
sino por la transparencia; no en contra de la minería sino porque todos los
guatemaltecos tengan un espacio natural sano y autosostenible; no en contra de
la pobreza, sino a favor de condiciones bienestar para todos; etcétera,
etcétera.
5)
Como frente demócratico
deberá construirse dando por sentado que todos sus integrantes tienen los
mismos derechos y obligaciones: hombres y mujeres, jovenes y viejos, ladinos e
indígenas. Llegado el momento, que llegará, de tener que elegir candidatos a
cargos de elección popular debería considerar que al menos un 40% de sus
candidatos sean mujeres, indígenas, jóvenes de menos de 35 años, etc.
¿Y qué más?...
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