Gabriel Impaglione
Fue en Panzós
a orillas del río Polochic
(donde salían café y algodón
y entraban latigazos y hambruna)
Cómo es que fueron asesinados
doscientos mil guatemaltecos?
Quauhtlemallan...
qué bella palabra!
Canto nahuatl para decir bosque.
Gente de Guatemala gente de foresta
entonces
de arboleda infinita de nidos y de frutos.
Cómo pudo caerle encima a ese pueblo
semejante oscuridad de un sólo golpe!
Cómo le llegó la bestia de dónde
con tanta muerte?
Cuando comenzó su cacería?
Fue de los barcos de cruz y de espada
que desembarcó.
Después como la viruela y otras pestes
diseminó su corazón reseco
el filo hambriento la avidez sin límite.
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Por qué en Panzós?
La memoria dicta:
un tal Justo Rufino Barrios, presidente
arrancó la tierra a sus dueños mayas y las entregó
a ciertos alemanes más altos tal vez más rubios
civilizados quizá más elegantes......................
Mucho después nació Jacobo Arbenz.
Y nació la reforma agraria.
En Panzós entonces tuvieron cuna las semillas.
Hasta el bombardeo de la CIA
el exilio, la muerte reinando de la mano de la United Fruit.
Los finqueros recuperaron el monopolio del látigo
y en Panzós
aparecieron nuevos ricos, como
Flavio Monzón -el seis veces alcalde- terrateniente de un día
para el otro amigo del cura y el capitán.
Un buen vecino.
Llegó el primer destacamento militar y amamantaron
a la bestia
los pobres soldaditos fratricidas.
El lunes 29 de mayo de 1978 fueron los descalzos a pintar
de gritos la alcaldía.
La plaza se llenó de puños en alto
de preguntas inconvenientes:
Digan señores militares, autoridades, finqueros
donde está la tierra que nos pertenece?
Llegaban de Cahaboncito, Semococh y Rubetzul,
también de La Soledad, Moyagua, Canguachá y Sepacay,
lentamente rumorosos
a mano limpia para manifestar.
No venimos a pelear.
Estamos aquí con nuestras herramientas inútiles
huérfanas de surco
para pedir también por ellas
para que se cumpla nuestro derecho.
Niños, mujeres, viejos, hombres jóvenes
una multitud buscando cuna a la semilla.
-Queremos la tierra - gritaron-
-la van a tener pero en camposanto - respondió un militar.
Fueron cinco minutos de metralla.
Desde cada lado de la plaza, desde los techos de la alcaldía
desde cada finca y cada ministerio
desde la embajada imperial y todos su salones
ametrallaron la gente.
El valiente coronel Valerio Cienfuegos
que mandaba a la heroica tropa emboscada en la plaza
le dijo a la prensa elegante: esos campesinos se entrenan en el monte
son comunistas guerrilleros todos!
Unos soldados manchados de sangre
tiraron a un pozo común los cuerpos rotos.
Cincuenta y tres campesinos q'eqchi asesinados.
De los cuarenta heridos
muchos se murieron por ahí, flotando luego
en el río
que traía y traía cadáveres como si esos cuerpos
fueran siempre los mismos en una rueda maldita.
Flotando como si una tala feroz río arriba
devorara el bosque
se tragara Guatemala.
Quauhtlemallan...
qué bella palabra!
Como pudo caerle la terrible hacha
a un pueblo capaz de llamarse bosque?
Escuadrones del infierno, soldaditos flacos
todos comandados por los terratenientes
persiguieron por los montes a los fugitivos
heridos aterrados que huían de la muerte.
Y la muerte los alcanzaba uno a uno.
Los desaparecía los rompía con una bala en la nuca
...........................y flotaban por el río.
Entre los acribillados Adelina Caal, Mamá Maquín,
la mujer que llevaba la llama del canto, que ayudaba a parir
sueños y nidos.
No le bastó a Cienfuegos - el heroico- ni a los ministerios
ni a las embajadas ni a sus elegantes cortesanos
aquel lunes en la plaza.
En el valle del Polochic corrió más sangre.
Agricultores, sacerdotes mayas, mujeres con la luz intacta
jóvenes brillantes en su sudor inútil.
Más de trescientos cuerpos se llevó la corriente.
Más de trescientos muertos la soldadesca.
Más de trescientos muertos los esbirros
de los terratenientes.
Y la muerte dictó:
El silencio se hara oir en las noches cerradas
cada muerto se tragará la voz y la memoria.
Ninguno debe quedar en pie, ningún dueño de la tierra alzará la voz mañana.
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¿Genocidio es un mecanismo por el cual el poder armado
confiere títulos de propiedad a pocas manos?
Sépalo usted:
nadie ha sido enjuiciado.
Y entonces tuvimos la respuesta:
así echó a rodar la bestia su carnicería, así treinta y dos años
de barbarie arrasaron aldeas
y la vida de doscientos mil guatemaltecos.
Tres veces caido este pueblo habrá de alzarse.
Tres veces asesinado brotará su savia florecida.
Quauhtlemallan...
qué bella palabra!
Cómo no ha de revivir un pueblo capaz
de llamarse bosque?
Los campesinos q'eqchi
señores de la tierra
sin cuna para la semilla alzan memoria y la memoria
se hace bosque y se puebla de nidos
y canta.
Gabriel Impaglione, mayo 3 de 2010.-