sábado, 12 de septiembre de 2015

El País Paralelo: Homenaje nacional a Augusto Monterroso*



          Cuentan que cuando la Universidad de San Carlos condecoró a Augusto Monterroso con el doctorado honoris causa, una buena parte del Consejo Superior Universitario estuvo en desacuerdo porque no sabían quién era el escritor. Y es que su obra era prácticamente desconocida en el país. Lo cual no es nada inusual.

          Casi 20 años después sus libros siguen siendo difíciles de encontrar en las librerías del país, también díficiles de encontrar; pero una buena parte de guatemaltecos conoce algo de su voluminosa creación literaria. Al punto que muchos lectores son capaces de recitar sin mayor dificultad su extensísima novela El dinosaurio.

          Tan conocida es dicha novela que en las recientes movilizaciones ciudadanas --que culminaron con la caída de un militar ladrón, para variar un poco, encumbrado a la silla presidencial--, no hubo manifestación sin pancarta alusiva al famoso dinosaurio monterrosiano.

          A pesar de los escépticos de siempre, que atribuyen la caída del delincuente al superpoder de Mr. Taylor, perdón, Mr. Robinson, los espontáneos manifestantes saben que en el fondo de todo está la pluma de Augusto Monterroso. Y que, además, lo destacable no es solo el fruto, sino también el movimiento. Y en agradecimiento han iniciado un nuevo movimiento cívico nacional dirigido a convertirse en un gran homenaje al laureado escritor: hacer realidad otra de sus novelas: La oveja negra.**
         
          Se aprestan a elegir como presidente a un comediante que todos saben terminará siendo igual que el caído, para en cuatro años, o menos, realizar grandes movilizaciones ciudadanas para botarlo de la silla presidencial y entonces realizar la elección de...

(*) El País Paralelo es un paraíso ficticiamente real, en donde de vez en cuando suceden eventos –eventuales, no planificados– positivos y también extremadamente negativos.
(**) Si usted no conoce La oveja negra no se sienta incómodo o avergonzado. Suele pasar. Esto dice la novela monterrosiana:
En un lejano país existió hace muchos años una Oveja negra. Fue fusilada.
Un siglo después, el rebaño arrepentido le levantó una estatua ecuestre que quedó muy bien en el parque.
Así, en lo sucesivo, cada vez que aparecían ovejas negras eran rápidamente pasadas por las armas para que las futuras generaciones de ovejas comunes y corrientes pudieran ejercitarse también en la escultura.

miércoles, 2 de septiembre de 2015

Los compromisos de Sandra Torres




Desde el 16 de abril hemos estado viviendo en medio de una gran incertidumbre. Lo que hoy nos parece absolutamente cierto, mañana ya no nos convence y pasado mañana nos provoca dudas. En lo personal he transitado entre darle mi voto a una fuerza política de izquierda a asegurar votar nulo, pasando por diversos convencimientos temporales. Para la izquierda revolucionaria del siglo pasado sería un excelente ejemplo del pequeño burgués vacilante.
A pocos días de las elecciones me decidí por el voto nulo y a poquísimos días menos cambié de decisión. Finalmente terminaré votando este 6 de septiembre por Sandra Torres.
Desistí de votar nulo porque:
1. Aunque sigo convencido de que en el fondo el sistema electoral merece ser rechazado, en este momento más importante que ello es terminar de derrotar en las urnas al proyecto criminal de Otto Pérez Molina, que tendría continuidad si gana Manuel Baldizón.
2. Así como rechazo tajantemente que se pretenda responsabilizar de una hipotética victoria de Baldizón a los abstencionistas o a quienes voten nulo, también me parece que de mi parte es irresponsable que sean otros quienes derroten a Baldizón. En principio, entonces, mi voto es en contra de Manuel Baldizón.
3. También me preocupa una potencial victoria de James (Jimmy) Morales. Detrás suya hay fuerzas oscuras que llevaron al país a una guerra que duró 36 años, y que han sido incondicionales de Pérez Molina: los militares de Avemilgua.

Pero tampoco quise hacerlo en silencio y votar sin hacer el esfuerzo de tener alguna incidencia. Le dije a doña Sandra Torres que estaba dispuesto a darle mi voto si ella asumía algunos compromisos. Y ella se comprometió a:
1. Convocar a un gobierno de unidad nacional, con distintas fuerzas políticas para sacar al país de la crisis y construir algo mejor para los guatemaltecos.
2. Hacer pública, al tomar posesión, su declaración patrimonial y exigirle a sus ministros que también lo hagan.
3. Impulsar las reformas a la Ley electoral y de partidos políticos, ley de servicio civil y ley de compras y contrataciones del estado.
4. Apoyar la gestión del Ministerio Público y de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala, y en particular a Iván Velásquez.
5. No realizar ninguna negociación que tenga como resultado garantizarle impunidad a Otto Pérez Molina.

Si doña Sandra queda de presidenta de Guatemala seré el primero en exigirle el cumplimiento de estos compromisos.