sábado, 15 de agosto de 2009

ALEPH: Raúl no está solo

Carolina Escobar Sarti

Hace exactamente dos semanas escribía, en este mismo espacio, un artículo titulado “Crónica de una Extorsión”. Para mí, ciudadana medianamente informada, parecía tan lógica la salida del caso del editor Raúl Figueroa por la vía de la justicia, que realmente la intención era más retratar una realidad, que denunciar un caso para urgir justicia. Pero en Guatemala es fácil pecar, una y otra vez, de inocencia; luego de la sentencia que le dieron a Raúl, lo único que me quedó claro, es que nuestro sistema de justicia está arrodillado y es el símbolo perfecto del absurdo humano.

Aquí los grandes casos de genocidio, homicidio, robo o corrupción no son tratados con la presteza que fue tratado este caso enano.

Al editor, por una denuncia en el ramo de lo civil —un pseudofotógrafo lo acusó del uso de una de sus fotos en la portada de un libro, habiendo él dado la autorización para ello y reconociéndolo posteriormente en los juicios—, le dieron una pena de un año de cárcel y Q50 mil, conmutables a Q25 diarios, transformándolo en un caso penal. Pero además de ello, desestimaron el testimonio del editor y sus testigos, usando sólo la parte que les interesaba a los “jueces” para decir que la foto sí se había usado en el citado texto.

Bien dice sobre este caso el famoso escritor José Saramago: “Cada día va quedando más claro en todo el mundo que el problema de la justicia no es de la justicia, sino de los jueces. La justicia está en las leyes, en los códigos, luego debería ser fácil aplicarla. Bastaría saber leer, entender lo que está escrito, escuchar de manera imparcial las alegaciones del acusador y del acusado, los testimonios, si los hubiere, y finalmente, en conciencia, juzgar.

La corrupción tiene mil caras y la peor de todas, en este asunto, tal vez sea, a favor o en contra, la naturaleza de la relación entre quien juzga y quien es juzgado. Un caso típico de perversión juzgadora ha sucedido muy recientemente en Guatemala […] ¿Cuál fue el crimen de Raúl Figueroa? Haber publicado, a solicitud y con el conocimiento del autor, Mardo Arturo Escobar, una fotografía que fue insertada en un libro editado por F&G. De ese libro le fueron entregadas al ahora acusador, algunos ejemplares.

A los jueces no les importó nada que el propio Mardo Escobar hubiese reconocido que le había entregado voluntariamente una fotografía a Raúl Figueroa, al que le dio autorización verbal para usarla en una publicación.

Sí les importó que el acusador fuese su colega: Mardo Arturo Escobar trabaja en el Cuarto Juicio de Sentencia Penal, siendo, por tanto, compañero de actividades de jueces, oficiales y magistrados… Pero este caso no es un simple episodio de baja corrupción. El acoso del que, desde hace dos años, ha sido objeto F&G Editores, se encuadra en la situación represiva que se está viviendo en Guatemala, donde el poder oficial está persiguiendo e intentando acallar las voces discordantes, ésas que, sin desánimo, siguen denunciando las violaciones de los Derechos Humanos en el país. Por lo visto, tenía razón aquel ya viejo juego de palabras entre Guatemala y Guatepeor. De los ciudadanos guatemaltecos se espera que el inocente juego no se transforme en triste realidad”.

Raúl no está solo; varios escritores estamos con él y también muchas personas fuera y dentro de Guatemala, como lo prueba el siguiente párrafo: “The Writers in Prison Committee of International PEN (WiPC) protests the one-year prison sentence and fine handed down to publisher Raúl Figueroa […] on 6 August 2009 for alleged copyright infringement. Figueroa is currently under house arrest and there are concerns for his safety. There are significant concerns that the case against Figueroa has been brought in retaliation for his publication of books on human rights abuses in Guatemala.” ¿Quién compra la vergüenza de jueces y funcionarios de justicia en Guatemala? ¿No es un absurdo que este caso esté tan “bien atendido” mientras tantos asesinos y ladrones caminan a gusto por las calles de nuestro país? Raúl, la palabra no sólo sirve para condenar o adoctrinar, también sirve para luchar contra la injusticia: estamos contigo.

cescobarsarti@gmail.com

Publicado en "Prensa Libre", 15 de agosto de 2009: http://prensalibre.com/pl/2009/agosto/15/331759.html

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