Caso ilustrativo
No. 101
Ejecución arbitraria del padre Eufemio Hermógenes López
Coarchita
“Si mi misión es dar
la vida, así lo haré, pero nunca me echaré atrás en la causa que estoy
defendiendo”.
I. ANTECEDENTES
Eufemio Hermógenes López Coarchita, nacido en 1928 en la finca
El Pirú, entre Ciudad Vieja y Antigua Guatemala, fue ordenado sacerdote
diocesano en 1954. Fue fundador del colegio Preprimario Santiago en Antigua
Guatemala, impulsó el movimiento rural de Acción Católica en 19 aldeas de la
misma zona y se desempeñó como guía espiritual en el Seminario Conciliar en
ciudad de Guatemala. Más adelante, ejerció su ministerio en la parroquia de San
Miguel Dueñas en Sacatepéquez y en la parroquia La Florida de la capital.
El 26 de noviembre de 1966 el padre Hermógenes se hizo cargo de
la parroquia de San José Pinula. Este municipio, asentado en un valle cercano a
la capital de la República, contaba a su llegada con una escuela primaria para
300 alumnos, un par de canchas de deportes, un parque, un mercado y una
población católica casi en su totalidad que los domingos y días festivos acogía
a los visitantes de las aldeas vecinas.
El sacerdote se integró pronto en la comunidad. Era alegre,
bromista, participaba en reuniones de vecinos y acostumbraba regalar dulces a
los niños de los lugares que visitaba en su tarea pastoral. Según algunos, se
caracterizaba por su ingenuidad, “que alguna vez llegó hasta lo inconcebible
… ingenuidad que está lejos de ser sinónimo de tontera … ingenuidad que era la
admiración de los feligreses”.
Lo normal era que el Gobierno municipal de San José Pinula lo
controlaran familias poderosas y conservadoras. Esta tradición se rompió en las
elecciones de 1977, ocasión en la que fue electo como alcalde Miguel Angel
Cifuentes, un joven maestro y estudiante universitario.
Por su parte, el padre Hermógenes hizo suyas
las inquietudes y angustias que afectaban a sus feligreses, por mínimas que
éstas fueran y sin importar si la solución superaba sus posibilidades
personales.
Se opuso a un proyecto de la empresa Aguas S.A., que pretendía
derivar el agua de los riachuelos que circundaban la región, para abastecer la
ciudad capital, alegando el irreversible daño ambiental y las negativas consecuencias
que su realización tendría para las familias campesinas, que verían afectadas
sus siembras y el pasto del ganado. Calificó el proyecto como un negocio entre
los propietarios de las fincas de la zona y los empresarios de Aguas S.A.
El 3 de febrero de 1977 el padre Hermógenes
escribió una carta, dirigida a uno de los hombres fuertes del pueblo y ex alcalde, expresándose en
los siguientes términos:
“Estamos en peligro de perder nuestras aguas
y no podemos ante tal peligro, permanecer impávidos … En mi modesto esfuerzo …
he tocado todas las puertas posibles … solamente me faltan dos. Una de estas últimas
es la de usted”.
“…Una mañana [nos encontramos] como a eso de las diez … Acababa usted de
dejar el honroso cargo de alcalde. Y usted me ofreció sus buenos oficios como
siempre y me dijo que prácticamente usted seguiría siendo el alcalde. Me habló de
sus seguras influencias … el retrato que usted me hizo de usted mismo lo
delineó con rasgos de influjos de peligro y de miedo. Aquellos ‘poderes’,
entonces, y aquellas influencias, deben servir para algo; y qué bien está
usarlas a favor del pueblo ¡No hacerlo, es ingratitud! Dejar de hacerlo,
sospecha de complicidad. Póngase entonces al servicio del Pueblo con esos dones
o habilidades con que el Cielo le ha adornado, y sabemos que calidad de hombre
se esconde en el nombre de…”
“Consciente de que esta carta me sitúa en el
límite del peligro, me atrevo a firmarla con la nitidez de la verdad…”
El padre Hermógenes se opuso, también, a la
obligatoriedad del servicio militar y al reclutamiento forzoso discriminatorio.
En cuanto a los reservistas del Ejército fue tal su oposición a las prácticas
de entrenamiento militar a la que aquéllos se veían forzados, que dicha
oposición se atribuye que la Institución Armada haya optado por eximir a los
reservistas de San José Pinula y Fraijanes de la realización de las mismas
durante 1978.
El día anterior a su muerte, en una carta abierta de fecha 29 de
junio de 1978, dirigida al presidente de la República, general Eugenio Laugerud
García, solicitó a éste la “supresión del Ejército Nacional”.
Las reacciones ante las posturas asumidas por el sacerdote no se
hicieron esperar. Un diputado dirigió una carta a monseñor Casariegos, entonces
jerarquía máxima de la Iglesia Católica, pidiendo que retirara al padre Hermógenes
de la parroquia de San José Pinula, porque soliviantaba los ánimos de la
población campesina.
El sacerdote recibió también anónimos en los que se le amenazaba
de muerte, acusándolo de comunista. Estas amenazas determinaron que el padre
Hermógenes decidiera siempre trasladarse solo. “Prefiero ir solo, temo por
ustedes … no teman, yo ya tengo mis alforjas llenas”, decía, al rechazar los ofrecimientos
de compañía. A pesar de las amenazas el religioso persistía en sus labores
cotidianas, sosteniendo: “Si mi misión es dar la vida, así lo haré, pero
nunca me echaré atrás en la causa que estoy defendiendo”.
El 25 de junio de 1978 el padre Hermógenes, en su homilía,
pronunció las siguientes palabras: “Si es necesaria la sangre de uno de
nosotros para que haya paz en Guatemala, yo estoy dispuesto a derramar la mía”.
Cinco días después, el 30 de junio de 1978,
fue asesinado.
II. LOS HECHOS
El día 30 de junio de 1978, como a las diez de la mañana, el
padre Hermógenes salió de su parroquia rumbo a la aldea San Luis, a seis kilómetros
de San José Pinula. Se dirigía en su camioneta a visitar unos enfermos, como
era su costumbre.
En la aldea visitó varias casas. En el hogar de uno de los
enfermos se estaba celebrando un culto con unos “hermanos evangélicos” de
Villa Nueva de San Antonio. Debido a ello, el padre decidió retirarse para no
interrumpir. “Entró nada más al patio, y cuando vio la reunión … dijo, no
quiero estorbar, mejor regreso … aquí le dejo esto … repartile a los niños”, dejando una bolsa
de dulces. Acto seguido emprendió el regreso. Eran como las once de la mañana.
El vehículo del sacerdote se desplazaba despacio y se
detuvo justo al llegar a la primera curva, a menos de un kilómetro del
trayecto, en medio de dos elevaciones desde cuya cima se ve clara y fácilmente
el camino y a quien transite por él. Según un testimonio, “cuando la camioneta
[del padre Hermógenes] venía, estaba un carro negro en los cerritos,
entonces el hombre estaba como mirando … el carro que estaba descompuesto y no
estaban esperando al padre. Ya cuando el padre venía … no lo dejaron pasar … lo
arrinconaron al paredón … cuando se oyeron los disparos”.
Se escucharon dos detonaciones. “Vi que del paredón brincaron
dos hombres … la mudada de los hombres se les miraba negra”. De inmediato reaccionaron los
vecinos: “Nos acercamos al camino, cuando vimos por los cerritos se miraba
una parte del pickup, de la palangana... dijimos, es el padre”. Un carro oscuro, posiblemente negro,
“grande, de ocho cilindros … que no era de persona conocida” se retiraba entonces a toda
velocidad en dirección a San José Pinula.
Días antes los pobladores ya habían visto que el mismo vehículo
transitaba por el pueblo y la carretera. “Ese carro lo vio el pueblo
seguirle a él … ese carro llegaba, volvía a regresar … más o menos iban cuatro
con el que manejaba … eran jóvenes … de unos 20 a 25 años … como cualquier
común y corriente”.
Los pobladores más próximos al lugar corren presintiendo la
tragedia y al llegar, encuentran el viejo carro del padre. “Estaba cabal en
línea, ni topó al paredón”. Las
portezuelas estaban aún con el seguro puesto: “Toqué las dos portezuelas del
carro y las dos con llave”.
Dentro, el cuerpo inerte del sacerdote
apoyado sobre el volante y junto a él, la Biblia. De la base del cráneo un
hilillo de sangre corría por un lado de su cara. El pecho estaba ensangrentado.
La noticia sobre el asesinato del padre Hermógenes se extiende
por los poblados, la gente acude y la conmoción se generaliza. La gente
comienza a rezar, dolida e incrédula. Van por el juez de paz y la policía, y el
primero ordena llevarlo a la municipalidad. Un policía abre la portezuela del
piloto y se lleva al padre en su propio vehículo. En el municipio, “levantaron
el acta”.
Otros testimonios dicen, en cambio, que unos
jóvenes que llegaron al lugar del asesinato inmediatamente después de ocurridos
los hechos se llevaron consigo al padre. Cuando la gente les dijo que debían
esperar al juez, los jóvenes respondieron: “Nada de eso … él no es ningún
delincuente”, y se lo llevaron. “No permitieron que se estuviera ahí
hasta que el juez quisiera levantarlo”.
Luego, el cadáver es trasladado a la
iglesia. La gente comenzaba a agolparse. “Una multitud muy grande, eran
miles de gentes de San José, El Colorado, Concepción Pinula, de las Nubes, de
la Soledad, de Palencia, El Zapote, El Naranjo, de la Joya, de los Cedros …
fueron miles de gentes”.
III. DESPUÉS DE LOS HECHOS
“Llegó doña Toya y llegó don Angel y otros
de la familia... Lo llevaron allá a hacerle la autopsia, inmediatamente no cabe
duda. El tenía amigos doctores, lo regresaron pero rápido y lo velamos en San
José Pinula … mucha gente, increíble, gente de las montañas que saber cómo
hicieron para venir … eso fue a las meras doce, cuando eran ya las cuatro de la
tarde ya venían las caravanas de las montañas a acompañar … al día siguiente lo
llevamos a enterrarlo a la Antigua”.
La autopsia estableció que murió a causa de “heridas
penetrantes del cráneo y tórax producidas por proyectiles de arma de fuego”.
En la noche de los hechos, la gente estaba indignada. Se
preguntaba el
“por qué de lo sucedido … Hubo una acción … intentaron pegarle
fuego a la gasolinera … eso fue en la noche … como de las diez en adelante”. Pero en realidad
nada pasó.
Transcurrieron los primeros nueve días. “Mucha
gente quería ir a escuchar ese mensaje de la misa … pero de orden de las
fuerzas de autoridad no dejaron salir, cancelaron los permisos de las
camionetas que iban a salir … vino el comando de Policía … estuvieron no
dejando salir”.
IV. CONCLUSIONES
Estudiados los antecedentes del caso, la CEH llegó a la
presunción fundada de que el sacerdote Eufemio Hermógenes López Coarchita fue
ejecutado por sujetos que contaron con la posterior protección y encubrimiento
del Estado, cuyas entidades faltaron gravemente a su deber de investigar y
sancionar los hechos.
El caso ilustra el grado de intolerancia que se vivió en
Guatemala durante el enfrentamiento armado interno, que llevó a la eliminación
de personas pacíficas como el padre López Coarchita, especialmente cuando perturbaban
los intereses de quienes ejercían sin ley ni contrapeso su poder económico.
Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.
ESTIMADOS HERMANOS DEL MUNICIPIO DE SAN JOSÉ PINULA DEL DEPARTAMENTO DE GUATEMALA DE MI NACION GUATEMALA:
ResponderBorrarUna tarde del año de 1,993 en la feria titular de San José Pinula vine de la ciudad de Guatemala para conocer al municipio pero mis calumniadores telepáticos del inframundo paranormal que me adivina psíquicamente mi intelecto me calumniaban de prevaricador con la consecuente calumnia de violador sexual masoquista en el año 2,006 hasta la era actual 2,016 por culpa de un linchamiento sexual de las mujeres en las camionetas josefinas por mis calumniadores complementarios que residen en mi colonia de residenciales San José. Las bandas de secuestradores los protegen para calumniarme con el linchamiento sexual del vecindario en mi contra que tambien engañaron a la policía con arrestarme en consecuencia de lincharme sexualmente debido a que el vecindario es hipócrita en mentirles de la asechanza que me tienen con mis calumniadores. Soy la encarnacion divina del patrono de San José Pinula San José Obrero.
Atentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.
EN EL AÑO DE 1,992 MIS CALUMNIADORES SURREALISTAS DE LOS VORTICES VIRTUALES ME CALUMNIARON DE PREVARICADOR QUIEN DECIAN QUE ERA UN MAJADERO QUE JUEGA CON LA ÉTICA DE LA GENTE MACABRAMENTE, QUE POR TAL RAZON, ME APLICARON CASTIGO SEXUAL PARA MATARME PERO MIS CALUMNIADORES LOS FRUSTRARON PARA COMETERME UN FRAUDE SEXUAL DE CALUMNIARME DE ACOSADOR SEXUAL EN LA CIUDAD DE GUATEMALA PARA EVOLUCIONAR A LA CALUMNIA DE VIOLADOR SEXUAL EN MI COLONIA POR OTROS CALUMNIADORES QUIENES SON SUS CÓMPLICES EN MI VECINDARIO ACTUAL PORQUE RESIDEN CONMIGO CONTIGUOS A MI CASA. LA CALUMNIA DE ACOSADOR SEXUAL DEBIÓ A QUE COMO OCCIDENTE CENTRAL ME CALUMNIABA DE PREVARICADOR CON CORTEJARME NECROFILICAMENTE, ENTONCES CONTRATÉ UN SERVICIO A DOMICILIO DE PROSTITUTAS QUIENES ME JUGARON UN FRAUDE COITAL POR MI PREFERENCIA DORSAL EN EXCLUSIVO, QUE COMO CONSECUENCIA, ME SOBORNARON A QUE SOLICITARA MUJERES EN OTROS VECINDARIOS POR LA MUERTE DE MI PADRE QUIEN MURIÓ DE DIABETES Y ARTEOESCLEROSIS DONDE EN LA COLONIA CENTROAMÉRICA DE LA ZONA 7 CAPITALINA COMETÍ EL ERROR DE SOLICITAR CORTÉSMENTE A LAS VECINAS PERO MIS CALUMNIADORES LAS ENGAÑARON CON CALUMNIARME DE HIPÓCRITA. PARA PINULA, EN EL AÑO DE 1,993 ME CALUMNIARON DE PRÓFUGO MENTAL O PSICOBÉLICO COMO PREVARICADOR EN UNA TARDE DE LA FERIA TITULAR DEL MUNICIPIO PINULTECO CUANDO YO VENÍA DE LA CIUDAD DE GUATEMALA PARA CONOCER PINULA. EN EL AÑO 2,006 MIS CALUMNIADORAS CONTIGUAS A MI CASA EN COMPLICIDAD CON MIS CALUMNIADORES SURREALISTAS DE LOS VORTICES VIRTUALES QUE ME ADIVINAN LA MENTE, ME CALUMNIARON DE ACOSADOR SEXUAL POR MEDIO DE HOSTIGARE CON DENSOS PANTALONES AGUDOS EN LAS CAMIONETAS JOSEFINAS QUE VIAJABAN PARA LA CIUDAD DE GUATEMALA DONDE EN LA CIUDAD DE GUATEMALA ME SACARON BATES DE BASE BALL EN LA COLONIA TIKAL 2 POR CULPA DE LA COLONIA CENTROAMÉRICA, AMBAS, DE LA ZONA 7 DE LA CIUDAD DE GUATEMALA. CUANDO REGRESÉ A RESIDENCIALES SAN JOSÉ DEL MUNICIPIO DE SAN JOSÉ PINULA, MIS CALUMNIADORES TODOS, ME CALUMNIARON EVOLUTIVAMENTE DE VICTIMARIO POR MEDIO DE DECIRME ERO: SI CONTINUARLO ERO, PELA LA ESTACA ERO, PRINCIPIAR A ENTENDERLO, PARA LUEGO DECIRME VINICIO EL D, AL D EJECUTENLO EN LA BARRA SHOW EL PASO POR MI BUSQUEDA DE SECUACES SEXUALES DONDE AHORA ME DICEN DE QUE SI ME SECUAN ME DELINQUEN PORQUE QUIERO UNICAMENTE A LAS SECUACES DE MI MASOQUISMO EN VEZ DE LAS BASTARDAS QUE ANTIGUAMENTE ME CALUMNIARON. DESPUES ME DIJERON DE QUE YO ERA VICTIMARIO SEXUAL.
ResponderBorrarAtentamente:
Jorge Vinicio Santos Gonzalez,
Documento de identificacion personal:
1999-01058-0101 Guatemala,
Cédula de Vecindad:
ORDEN: A-1, REGISTRO: 825,466,
Ciudadano de Guatemala de la América Central.