Caso ilustrativo No. 110
Masacre de Chacalte,
San Gaspar Chajul, Quiché, cometida por el Ejército Guerrillero de los Pobres
(EGP)
“El
guerrillero quebró la puerta de la casa y entró. Cuando miraron debajo de la
cama dispararon sobre nosotros…”
I. ANTECEDENTES
La región conocida
como Ixil, formada por los
municipios Nebaj, Chajul y Cotzal, se encuentra al norte del departamento de
Quiché. En la zona céntrica se ubica la aldea de Chacalté, que está a unos
dieciséis kilómetros al noroeste de la cabecera municipal de Chajul y colinda
con las aldeas de Juil, Xix, y Sumalito. Sus habitantes pertenecen al grupo
étnico ixil.
En el segundo
semestre de 1973 apareció el Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) en esta
zona. A principios de 1976 el Ejército de Guatemala instaló los dos primeros
destacamentos en las localidades de Chajul y Nebaj.
En 1979 el EGP
incrementó su presencia en la región. Los acercamientos de la guerrilla a la
población se produjeron a través de charlas; les prometieron que “ellos iban
a terminar con el Ejército, que ellos iban a poner un presidente mejor … la
guerrilla los aconsejaba”. Las
comunidades de Chacalté, Xix y Juil destacaron entre los primeros poblados
donde surgieron organizaciones de apoyo a la insurgencia. En 1982 el EGP ya
contaba con un amplio respaldo social; sin embargo, reconoció, ante la CEH, que
“la demanda sobre nosotros fue muy superior a la capacidad real que teníamos
de responder al trabajo organizativo, de politización y de orientación”.
Debido a que las
promesas de la guerrilla no se cumplieron, y también por las acciones
represivas del Ejército, la
comunidad de Chacalté fue progresivamente alejándose del EGP. Los pobladores,
en una entrevista colectiva, manifestaron: “Entonces la gente dijo ‘mejor
no, esos nos están mintiendo, dicen mentiras, mejor vamos a buscar el Ejército
para que nos ayude a ver qué, porque sino, vamos a terminar aquí…”
En marzo de 1982 el
comandante del destacamento militar ubicado en la cabecera municipal de Chajul,
promovió una reunión, a la cual asistieron los representantes de la comunidad.
El objetivo fue constituir las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC). La
comunidad recuerda que el comandante les dijo: “…Lo que pueden hacer es
organizarse, o sea velar por que la guerrilla no entre y también hay que
juntarse la gente, las casas, para que puedan estar unidos y la guerrilla no
pase fácilmente entre las casas. Entonces a la gente le pareció bien”.
El comandante ordenó
también a la población vecina de Vichacala que, para su mayor seguridad, se
trasladase a vivir al centro de Chacalté. Las personas reconcentradas se
instalaron en el juzgado, la iglesia y la escuela de la comunidad. Durante el
traslado de esta población, dos guerrilleros capturados fueron asesinados a
golpes con palos (leñazos) en el centro de Chacalté. Posteriormente, la población informó
de lo sucedido al destacamento militar de Chajul. El comandante del mismo
prometió otorgar armas a las patrullas de Chacalté para la defensa de la
comunidad. Dos meses después, les entregaron 32 armas a los pobladores.
A partir de la
organización de las PAC en Chacalté, el Ejército estableció un vínculo
constante con éstas, comisionándolas para que realizaran diversas tareas dentro
de su estrategia contrainsurgente.
En abril de 1982 un grupo
aproximado de veinte patrulleros encontró en Vicalamá, a cuatro kilómetros de
Chacalté, a dos guerrilleros que se dirigían hacia la aldea. Mataron a “garrotazos”
a uno de ellos; al otro lo detuvieron, le quitaron la mochila que llevaba y
lo llevaron amarrado a la aldea. De inmediato se le dió avisó al destacamento
militar de Chajul, que mandó un helicóptero para recogerlo y se lo llevaron.
Por esta acción el destacamento militar de Chajul entregó, como recompensa,
cinco escopetas a los patrulleros.
El EGP elaboró una
clasificación de las PAC según el grado de colaboración que éstas prestaban al
Ejército. Distinguían a las patrullas formadas por población dispuesta a
participar y colaborar con el Ejército, a las que les denominó bandas
reaccionarias, de aquellas “patrullas civiles forzadas”, que
participaban a la fuerza. La guerrilla consideró que “el golpe militar juega
un papel determinante: el golpe al Ejército, a las bandas reaccionarias, a sus
jefes y a todo enemigo del Pueblo y la Revolución”. El reconocimiento de estas “bandas”
como objetivo militar consta en un documento interno del EGP sobre la
estrategia a adoptar frente a las PAC, en el que se afirma que “podemos
incluir en éste nuestro planteamiento de golpear de manera exitosa a bandas
reaccionarias activas en primer lugar, buscando el aniquilamiento con
recuperación”. Miembros
de este grupo guerrillero reconocieron que “dijimos a esas bandas
reaccionarias, cada vez que haya oportunidad hay que combatirlas como si
estuvieran combatiendo con el Ejército mismo, porque están armados, recibían
entrenamiento y eran no sólo agresivos en la búsqueda de combate con la
guerrilla, sino que eran asesinos en sus propias poblaciones. Entonces a esos
sí dimos la orientación, desde la dirección, de que había que combatirlas
drásticamente…”
La
PAC de Chacalté fue catalogada como “banda reaccionaria”.
II. LOS HECHOS
Tres
pelotones del EGP, formados por treinta personas cada uno, y una unidad
especial de combate denominada “patrulla de comando”, pertenecientes al
Frente Ho Chi Minh, se reunieron en Xix la madrugada del 12 de junio de 1982.
Según informaron a los combatientes, habían planificado una operación para
capturar a los patrulleros que estaban en Chacalté y robarles las armas. Como
paso previo habían explorado la zona previamente y tenían planos para realizar
la acción. El objetivo era llegar a la iglesia, centro de operaciones de las
PAC, donde se guardaban las armas. Dispusieron que la patrulla de comando
avanzara en primer lugar. Dividieron a los pelotones para que entraran en la
comunidad por tres puntos diferentes. Cuando amaneció, la aldea y los
patrulleros que se encontraban dentro de la iglesia estaban cercados.
El templo estaba
construido de adobe, por lo que no era posible ver su interior. El jefe de la
patrulla guerrillera, que ingresó primero en la comunidad, arrojó una piedra al
techo de teja de la iglesia, con el objeto de abrir un hoyo, lo cual logró
luego de varios intentos. Abierto el hoyo, tiró una granada. Veinte patrulleros
que allí se encontraban salieron huyendo, momento que fue aprovechado por los
guerrilleros para ejecutarlos.
A pesar de que los
patrulleros disponían de armas y unas 10 granadas para cada turno, no pudieron
defenderse ante la acción guerrillera. La comunidad cuenta que “como ellos
estaban durmiendo, trataron de ponerse sus zapatos y ver qué hacían para
defenderse, pero casi no pudieron hacer mayor cosa, porque cuando ellos se
levantaron … la guerrilla es la que disparó primero y se murieron”.
Simultáneamente a
esta acción, miembros de la guerrilla se dirigieron a los puntos donde se
encontraban concentrados los pobladores de las aldeas vecinas. En el juzgado
mataron a siete personas de una familia de Tzicuach. En la escuela asesinaron a
un grupo de alrededor de 10 personas provenientes de Juil. También mataron a
una señora que, con sus hijos, dormía en el lugar donde había estado la cárcel.
Cuentan varios miembros de la comunidad que, “El guerrillero quebró la
puerta de la casa y entró. Cuando miraron debajo de la cama dispararon sobre
nosotros … Los guerrilleros dijeron: vámonos muchá, porque de repente vienen
los ejércitos … Mi papá salió primero, yo oí que están gritando mi hermanito y
mi hermanita, pero ya no pude sacarlos … aparte los guerrilleros que entraron a
matar el montón de gente allá en el juzgado, y aparte los que están buscando en
cada casa…”
La acción
guerrillera duró aproximadamente cuatro horas. Las víctimas fueron mujeres,
ancianos y niños, incluyendo hombres que no estaban armados. Como parte del
ataque a la comunidad, muchas casas fueron quemadas, algunas con sus moradores
en el interior. Según uno de los declarantes, las personas fueron asesinadas
con arma de fuego y acuchilladas.
La comunidad
manifestó: “Muchos niños que se quedaron llorando todavía. Quedaron,
todavía, hombres, mujeres que estaban llorando. Había una cosa terrible que se
oía, ya toda la gente lloraba. Lloraba. Ya no hallaba qué hacer”.
La población enterró
a sus muertos con el apoyo de los soldados del destacamento militar de Chajul,
que llegaron hacia las once de la mañana, respondiendo a un llamado de auxilio
realizado por uno de los sobrevivientes. Ese mismo día por la tarde, los
sobrevivientes bajaron a la cabecera municipal de Chajul llevando las pocas
pertenencias que pudieron cargar.
La
CEH pudo identificar a 55 víctimas, todas civiles y desarmadas.
III. HECHOS
POSTERIORES
Cincuenta
sobrevivientes de la masacre de Chacalté fueron instalados en una galera que
estaba construida en la plaza de Chajul. Allí, durante los dos meses
siguientes, los soldados les proporcionaron alimentos. Poco tiempo después los
hombres se integraron a la PAC. Finalmente, les dijeron que buscaran “unos
sus centavitos” y el destacamento militar dejó de prestarles ayuda. Algunas
de las viudas tuvieron que vender las tierras que tenían en Chacalté y se
trasladaron a Nebaj para vivir y trabajar allí.
Otros sobrevivientes
se desplazaron hacia la montaña, se organizaron y formaron las Comunidades de
Población en Resistencia (CPR) de la Sierra. En la montaña varias familias
murieron a causa de escasez de alimentos, por enfermedades, por extraviarse o
por emboscadas del Ejército y las PAC.
En 1983, dando
cumplimiento al Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo (PNSD), impulsado por
el Gobierno militar de entonces, muchas comunidades de la región ixil fueron
trasladadas por el Ejército a las “aldeas modelos”, que no correspondían
a sus lugares de origen ni fueron diseñadas de acuerdo a las características
culturales de la población ixil. En 1991 algunos de los sobrevivientes de
Chacalté retornaron a la comunidad y reorganizaron la aldea.
Durante
las fechas comprendidas entre el 22 de agosto al 6 de septiembre de 1997 el
equipo de antropólogos forenses de la Oficina de Derechos Humanos del
Arzobispado de Guatemala (ODHAG) realizó la exhumación en Chacalté. Encontraron
setenta y cinco osamentas de hombres, mujeres y niños. Por las malas
condiciones de preservación de los restos óseos, tan sólo se logró identificar
diecisiete.
IV. CONCLUSIONES
Teniendo en cuenta
todos los antecedentes de la investigación, la CEH llegó a la plena convicción
de que 55 personas civiles e indefensas, entre mujeres, ancianos y niños de la
comunidad de Chacalté, fueron ejecutadas arbitrariamente por miembros del EGP
pertenecientes al Frente Ho Chi Minh. Esta masacre constituye una grave
violación a los principios comunes del Derecho Internacional de los Derechos
Humanos y del Derecho Internacional Humanitario.
La CEH considera que
el eventual apoyo que las víctimas hubiesen prestado al Ejército no otorga
justificación alguna a este grave atentado contra el derecho a la vida.
El caso ilustra en
qué medida la extensión del concepto de enemigo que realizó la guerrilla,
aplicándolo a población civil que colaboraba con el Ejército, condujo a
miembros suyos a cometer graves violaciones de las reglas mínimas que los
obligaban como combatientes.
LISTADO DE LAS VÍCTIMAS
Ejecución arbitraria
Ana Teresa Raymundo
Ana Chávez Bernal
Ana Terrasa Santiago
Andrés Cobo Guzmán
Antonio Brito Cruz
Apolinario Pedro
Terrasa Santiago
Avelo Sánchez Brito
Canuto Vicente
Raymundo Guzmán
Catarina Bernal
Santiago
Catarina Brito
Catarina Brito Terrasa
Catarina Terrasa
Chávez
Cecilia Santiago
Diego González
Diego Solís
Domingo Raymundo Ceto
Domingo Sánchez Cruz
Brito
Elena Raymundo
Elena Velasco Cobo
Engracia Terrasa
Felipe Terraza López
Francisco Ceto
Francisco Cuchil Brito
Francisco Velasco
Sánchez
Jacinto Ceto
Jacinto Chávez Matom
Jacinto Solís
Juana Ceto
Juana Cobo Guzmán
Juana Cruz Sánchez
Juana Cruz Sánchez
Juana Pérez Solís
Juana Santiago
Juana Terrasa Ramírez
Juana Terraza López
Julian Santiago Ramírez
Lorenzo Ceto
Magdalena Ceto
Magdalena Cobo Guzmán
Margarita Lainez Chávez
Margarita Sánchez
María Brito Brito
Miguel Brito Sánchez
Miguel López
Pedro Ceto
Pedro Pérez
Pedro Raymundo Guzman
Pedro Sánchez Cruz Brito
Pedro Solís Ceto
Pedro Terceria
Rafael Cobo Guzmán
Roberto Varias
Romulo Francisco Raymundo
Guzmán
Tomás Raymundo Guzmán
Vicente Santiago Cedillo
Fuente: CEH, Guatemala memoria
del silencio.
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