Caso ilustrativo No. 18
Masacre en la Finca
San Francisco Nentón, Huehuetenango
“…El
Ejército estaba preparando algo muy grave … fueron matando uno por uno hasta
las cuatro de la tarde … Ellos salieron corriendo para informar a otras aldeas
lo que estaba pasando en San Francisco; por eso muchos logramos salir a tiempo
y venimos a este lugar [México] en donde se nos dio apoyo”.
I. ANTECEDENTES
La finca San
Francisco, ubicada en el municipio de Nentón, al norte del departamento de
Huehuetenango, habitado por mayas de habla chuj, era, al comenzar la década de
los ochenta, propiedad del coronel retirado Víctor Manuel Bolaños. Tenía unas
30 caballerías de extensión (135 hectáreas), en las que se cultivaban
cardamomo, caña y café; contaba, además, con 400 cabezas de ganado.
El dueño de la finca
dejó de visitar el lugar en febrero de 1981, después que la guerrilla ejecutó
al administrador de la vecina finca Chaculá y que su administrador le advirtiese para que no volviera.
Alrededor del 15 de diciembre de 1981, integrantes del Ejército Guerrillero de
los Pobres (EGP) pasaron por la finca San Francisco, quemaron la casa del
patrón y robaron algún ganado.
En la zona existían
tres campamentos guerrilleros, con un máximo de cincuenta hombres cada uno.
Durante ocho meses el EGP tuvo control social en la zona.
Debido a su posición
geográfica (cercanía de la frontera con México) y a la presencia del EGP, desde
mediados de 1981 hasta finales de 1982 los municipios del norte de
Huehuetenango, incluido Nentón, fueron objeto de represión estatal dirigida
contra líderes locales, grupos familiares y comunidades enteras.
La
escalada represiva aumentó en el mes de julio de 1982. El 12 de ese mes
efectivos del Ejército entraron por el camino que conduce hacia Nentón,
llegaron a Sebep y dieron muerte a 38 personas. El 14 de julio, fueron 89 las personas masacradas por los
soldados en el caserío Petanac y
otros ocho los ejecutados en Yolcultac.
Al día siguiente, 15 de julio, miembros del Ejército que venían
desde Barillas, pasando por San Mateo Ixtatán, ejecutaron a cinco personas en
Bulej, para luego seguir
camino hacia Yalambojoch y llegar, finalmente, a la finca San Francisco.
II. LOS HECHOS
El 17 de julio de
1982, a las diez de la mañana, gran cantidad de soldados y un helicóptero que
transportaba a un capitán y a otros cuatro oficiales, todos pertenecientes a la
zona militar 19 de Huehuetenango, llegaron a la finca San Francisco. No había
presencia alguna de la guerrilla en el lugar.
Pasaron casa por
casa haciendo salir a todos los habitantes, porque se realizaría una reunión. “Los
soldados se vieron enojados, aquí con nosotros y ya no nos preguntaron si
estábamos viendo guerrilla, sino véngase que tenemos una ‘junta’, vamos a
tratar de reunirnos a tratar de hablar cosas. Pasaron los ejércitos entre las
casas y se llevaron a las mujeres, a nuestros hijos, todo. Era el día 17 de
julio…”
Después procedieron
a agrupar a las mujeres y a los niños en la iglesia, y a los hombres y ancianos
los reunieron en la alcaldía auxiliar. Todos los hombres fueron registrados “en
ese tiempo tenía yo reloj y tenía yo algo de dinero en la bolsa y me
desbolsaron todo de una vez”. Un
grupo de soldados penetró en las viviendas desocupadas y se apropió de todo lo
que había en ellas (comida, dinero, grabadoras, radios, relojes).
Un sobreviviente
recuerda que, cerca del mediodía, obligaron a dos de los colonos a traer “un
mancuerno de bueyes capados que ellos van a comer, que van a empezar a celebrar
una fiesta, así nos dijo el jefe. Pero que [los animales] sean de
ustedes, no del patrón”.
Hacia las dos de la
tarde sacaron a las mujeres de la iglesia, en grupos de 10 y 20; algunas
escaparon hacia las casas. Treinta soldados las siguieron y entraron tras
ellas. Se escucharon gritos. Varias mujeres fueron violadas, pero no fue
posible conocer cuántas, porque, inmediatamente después, prendieron fuego a las
casas. Las mujeres fueron quemadas vivas.
A los
niños y niñas que estaban en la iglesia los sacaron agarrados de los pies y les
golpearon, como sacos, contra unas columnas de madera. Un testigo presencial
dice: “Después de haber matado a nuestras señoras, sacaron nuestros hijos,
chiquitos de diez años, ocho, cinco y cuatro años, nomás los agarraban las
patas y los giman y los somatan en los horcones de las casas y como quedan
pedaceados los cerebros de los chiquitos como masa de maíz. Yo tenía seis
hijos, todos murieron … también mi esposa. Ninguno quedó vivo”.
Continuaron con los
ancianos. Les ataron las manos, los acostaron boca arriba en el piso y
simularon que les mataban. Otro testigo declara: “…Empezaron a sacar a los
ancianos, los acostaron en el suelo y le pasaban un machete sin filo por el
cuello, y los viejecitos gritaban y qué culpa tenían ellos del dolor que están
sufriendo, así murieron como quince ancianos … Después empezaron a sacar la
gente que son potentes…” Más
tarde los degollaron de verdad. “…Trajeron a los viejitos, los mataron con
machetes viejos y sin filo”.
Por último, a los
hombres los eliminaron por grupos. Señalándolos, les decían: “Ustedes vengan
afuera”. Un sobreviviente relata: “Nosotros teníamos mucho miedo, porque
sabíamos que nos iban a matar, lo mismo que nuestras esposas y niños,
hablábamos entre nosotros, los soldados dijeron: ‘¿Qué piensan ustedes? ¿Por
qué hablan tanto allí adentro?, Nosotros no le vamos a hacer nada’. Algunos
rezábamos a Dios que salvara nuestras vidas, no había nada más que hacer … Veía
cómo a mis compañeros los desnudaban, les quitaban las camisas usándolas para
taparles los ojos y las manos se las amarraron detrás y los echan boca arriba y
un Ejército para cada persona para echarles balazos …. Los demás ejércitos
agarran la gente como halar un perro muerto, los arrastran como animales y los
llevan hasta la iglesia y los dejan tirados. Dejaron amontonada a la gente”.
A
las cinco de la tarde sólo quedaban vivos, en la sede de la alcaldía auxiliar,
una veintena de campesinos. Cuatro de éstos aprovecharon un descuido de los
soldados e intentaron escapar por la ventana. Uno de los que huían fue
descubierto y acribillado a balazos, pero los otros tres lograron huir.
Corrieron entre las balas, “…Empecé a correr y escuché cuando los soldados
dijeron, ahí va otro, chorros de balas detrás de mí, sonaban como tirar
piedras, un montón de grava, así con curvas me voy, así no me lograban matar,
al fin como estaba oscureciendo salí un rato más allá y había una macoya y por
allí abajo de esa me metí, me quedé allí, y pensé, que me maten aquí, ya yo
estaba cansado por el susto y por la balacera siempre desmaya uno…” Finalmente,
lograron reunirse: “Nos juntamos a medio camino, a una legua de San
Francisco, y nos fuimos camino a la frontera con México, llegamos entre las
cuatro y las seis de la mañana del día 18. Toda la noche estuvimos andando bajo
agua y lodo, sin luz, a veces gateando, a veces caminando, debido al mal
camino…
Una de las personas
que habían sido enviadas a buscar los bueyes no quiso regresar al lugar y
observó lo que pasaba desde lejos. Este testigo afirma que una vez que los
soldados concluyeron la masacre, pusieron al fuego la carne de los bueyes que
habían destazado y comieron, bebieron y bailaron con la música de las
radiograbadoras que robaron de las casas.
Antes de marcharse,
prendieron fuego a la aldea.
En
San Francisco murieron aproximadamente 350 personas de la población civil.
III. HECHOS POSTERIORES
El administrador de
la finca también había presenciado la masacre. Al día siguiente, el 18 de julio
de 1982, fue llevado por efectivos del Ejército a la finca Yalambojoch, vecina
a la de San Francisco. Según un testigo, concentraron a toda la población y
dijeron al administrador que señalara quiénes más habían colaborado con la
guerrilla. No respondió palabra y lo torturaron frente a todos. La víctima
pedía que le dieran muerte. Fue baleado un kilómetro antes de llegar a Bulej.
Los hechos ocurridos
en la finca San Francisco fueron conocidos por los habitantes de las aldeas aledañas.
La noticia se extendió por toda la región y fue una de las principales causas
del desplazamiento hacia México de los pobladores de las aldeas localizadas en
la zona fronteriza con ese país y con las montañas de San Mateo Ixtatán. En su
mayoría pertenecían al grupo étnico maya Chuj.
Entre julio y agosto
de 1982, cerca de nueve mil personas huyeron hacia México. Fueron abandonadas
por completo las aldeas Yolambojoch, Yuxquén, Santa Elena, Yulaurel, La
Ciénega, Yolacatón, Buena Vista, Yaltoyá y El Quetzal; y quedaron parcialmente
abandonadas las aldeas La Trinidad, El Aguacate, La Palma y Gracias a Dios.
Según datos arrojados por la Encuesta del Programa de Apoyo para los Vecinos
del Altiplano (PAVA), en 1984 cuarenta y cinco aldeas o fincas fueron abandonadas
en el municipio de Nentón.
La mayoría de las
aldeas desaparecieron.
En la actualidad
muchos de los campesinos desplazados han retornado a la finca Chaculá, ubicada
en Huehuetenango, a la que denominaron Nueva Esperanza.
IV. CONCLUSIONES
La CEH llegó a la
convicción de que efectivos del Ejército de Guatemala ejecutaron a pobladores
inermes de la finca San Francisco, en violación de sus derechos humanos.
Del mismo modo, la
CEH llegó a la convicción de que mujeres, ancianos y niños de esa finca
sufrieron violaciones de su derecho a la integridad física y moral, cometidas
por los mismos agentes del Estado.
La CEH considera que
este caso es ilustrativo de la aplicación, en Huehuetenango, de las denominadas
operaciones de “tierra arrasada”, concebidas para el aniquilamiento de
los elementos civiles que apoyaban a la guerrilla y el arrasamiento de sus
cultivos colectivos, acciones que, en la práctica condujeron al exterminio casi
total de comunidades inermes y a la destrucción de las áreas que habitaban.
La CEH analizó el
conjunto de la operación que culminó con la eliminación masiva de la comunidad
de San Francisco, en el que destacan actos de crueldad que no eran necesarios
para cumplir el sólo objetivo criminal de exterminar físicamente a las
personas, como son las violaciones sexuales y las vejaciones y tratos crueles
inferidos a menores y ancianos, y acciones explícitas de destrucción como el
incendio de la aldea. La CEH concluye que el único propósito concebible de estas
gravísimas violaciones de derechos humanos fue el exterminio de la comunidad.
El desplazamiento
masivo de los sobrevivientes de San Francisco y de habitantes de otras
comunidades aledañas, provocado por la masacre, es ilustrativo del carácter
forzado de la mayoría de los casos de éxodo de campesinos indígenas en la
década de los ochenta.
La CEH después de
haber analizado los antecedentes y los hechos que constituyeron la masacre de
la finca San Francisco el 17 de junio de 1982, concluyó que hubo intención del
Ejército de Guatemala de destruir total
o parcialmente a
dicha comunidad, lo que le otorga al conjunto de estos actos un carácter
genocida.
LISTADO DE LAS VÍCTIMAS
Ejecución arbitraria, tortura,
privación de libertad
Ana
Pérez Ramos
Ana
Ramos Pérez
Ana
Ramos Ramos
Andrés
Alonzo Mateo
Bartolo
Pérez
Andrés
Gómez Domingo
Baltazar
García Paiz
Bartolo
Pérez Mendoza
Bartolo
Ramos Pérez
Catarina
Pérez Mendoza
Catarina
Ramos
Catarina
Ramos Pérez
Diego
Ramos Pérez
Eulalia
Alonso
Eulalia
Marcos
Felipe
García Pérez
Felipe
Gómez Diego
Francisco
García Paiz
Francisco
Paiz García
Francisco
Paiz Pérez
Isabel
Pérez Ramos
Ana
Mendoza
Isabela
García Lucas
Isabela
García Marcos
Joaquín
García
José
García
Juan
Antonio García
Juan
Alonzo Mateo
Juana
García Paiz
Juana
Lucas Pérez
Marcos
García Lucas
María
Marcos
María
Pérez Ramos
Mateo
García Lucas
Mateo
Lucas Ramos
Mateo
Paiz García
Mateo
Ramos Diego
Mateo
Ramos Paiz
Pascual
Gómez
Pascual
Pérez Ramos
Pascual
Ramos Ramos
Petrona
Pérez Mendoza
Ejecución
arbitraria, privación de libertad
Alberto
García S.
Ana
García P.
Ana
Gómez Andrés
Ana
Mendoza
Ana
Paiz Domingo
Ana
Paiz Ramos
Ana
Paiz Ramos
Ana
Paiz Ramos
Ana
Pérez Mendoza
Ana
Pérez Ramos
Ana
Ramos
Ana
Ramos García
Ana
Ramos Pérez
Ana
Santizo
Ana
Silvestre Lucas
Andrés
García D.
Andrés
López Paiz
Andrés
Lucas B.
Andrés
Lucas Carmelo
Andrés
Lucas García
Andrés
Lucas R.
Andrés
Paiz D.
Andrés
Paiz García
Andrés
Paiz Lucas
Andrés
Ramos
Andrés
Ramos Ramos
Andrés
Santizo
Angelina
Domingo P.
Angelina
Marcos
Angelina
Paiz
Angelina
Paiz
Angelina
Paiz García
Angelina
Paiz García
Angelina
Paiz Ramos
Angelina
Paiz Ramos
Angelina
Paiz Silvestre
Angelina
Pérez
Angelina
Ramos García
Angelina
Ramos L.
Angelina
Santizo
Angelina
Silvestre Lucas
Angelina
Silvestre R.
Antonio
García
Baltasar
Paiz García
Baltazar
Gómez R.
Bartolo
García
Bartolo
García L.
Bartolo
García Pérez
Bartolo
García Silvestre
Bartolo
Gómez García
Bartolo
Gómez García
Bartolo
Ignacio
Bartolo
Mendoza Pérez
Bartolo
Paiz,Ramos
Bartolo
Pérez
Bartolo
Pérez Domingo
Bartolo
Pérez Paiz
Bartolo
Santizo
Catarina
García L.
Catarina
García P.
Catarina
García Paiz
Catarina
Lucas
Catarina
Lucas R.
Catarina
Lucas Velasco
Catarina
Paiz
CatarinaPaiz
R.
Catarina
Paiz Ramos
Catarina
Pérez Domingo
Catarina
Pérez Lucas
Catarina
Pérez Mendoza
Catarina
Pérez Paiz
Catarina
Ramos
Catarina
Ramos
Catarina
Ramos I.
Catarina
Ramos Lucas
Diego
García Velasco
Diego
Lucas Pérez
Diego
Lucas R.
Diego
Ramos Andrés
Diego
Ramos García
Domingo
Paiz
Eulalia
Alonzo
Eulalia
Andrés
Eulalia
Ignacio
Eulalia
Lucas Paiz
Eulalia
Marcos M.
Eulalia
Paiz
Eulalia
Paiz
Eulalia
Paiz
Eulalia
Paiz D.
Eulalia
Paiz R.
Eulalia
Sebastián
Federico
Paiz García
Felipe
Pérez Paiz
Felipe
Silvestre Santizo
Francisco
Paiz
Francisco
Paiz D.
Francisco
Paiz Domingo
Francisco
Paiz García
Francisco
Paiz Paiz I.
Francisco
Paiz Pérez
Francisco
Pérez I.
Francisco
Silvestre Lucas
Francisco
Silvestre R.
Gaspar
Domingo R.
Gaspar
Gómez G.
Gaspar
Marcos M.
Gaspar
Santizo G.
Isabel
Paiz Domingo
Isabel
Pérez Paiz
Isabel
Pérez Ramos
Isabela
Domingo
Isabela
Domingo Paiz
Isabela
García
Isabela
García
Isabela
García S.
Isabela
García Silvestre
Isabela
Lucas
Isabela
Paiz
Isabela
Paiz Domingo
Isabela
Paiz García
Isabela
Paiz García
Isabela
Paiz Paiz
Isabela
Pérez
Isabela
Pérez
Isabela
Ramos
Isabela
Ramos I.
Isabela
Silvestre Lucas
Jorge
Santizo
Jorge Santizo D.
Jorge Santizo D.
Juan
Marcos G.
Juan
Santizo D.
Juana
Diego D.
Juana
García Silvestre
Juana
Lucas
Juana
Lucas
Juana
Lucas Lucas
Juana
Lucas Paiz
Juana
Lucas Paiz
Juana
Marcos R.
Juana
Martín
Juana
Paiz García
Juana
Paiz García
Juana
Paiz R.
Juana
Pérez Domingo
Juana
Ramos García
Juana
Ramos M.
Juana
Ramos R.
Lucas
García D.
Lucas
Mendoza
Lucas
Paiz
Lucas
Paiz R.
Lucas
Paiz Ramos
Lucas
Ramos Mendoza
Magdalena
Lucas
Magdalena
Lucas Miguel
Magdalena
Marcos G.
Marcos
Domingo P.
Marcos
Domingo R.
Marcos
Gómez S.
Marcos
Lucas
Marcos
Lucas García
Marcos
Lucas Mateo
Marcos
Lucas P.
Marcos
Lucas Paiz
Marcos
Paiz Lucas
Marcos
Ramos L.
María
García
María
García
María
García L.
María
García S.
María
García Silvestre
María
García Velasco
María
Gómez Andrés
María
Gómez García
María
Gómez R.
María
Gómez R.
María
Ignacio P.
María
Lucas
María
Lucas
María
Lucas G.
María
Paiz
María
Paiz
María
Paiz
María
Paiz Domingo
María
Paiz García
María
Paiz García
María
Paiz García
María
Paiz García
María
Paiz R.
María
Paiz Silvestre
María
Pérez
María
Pérez R.
María
Ramos
María
Ramos
María
Ramos García
María
Ramos Juan
María
Ramos Mendoza
María
Ramos Paiz
María
Silvestre
María
Silvestre R.
Martín
Pérez Domingo
Mateo
Domingo R.
Mateo
Gómez G.
Mateo
Gómez García
Mateo
Gómez García
Mateo
Gómez P.
Mateo
Gómez R.
Mateo
Gómez R.
Mateo
Gómez S.
Mateo
Lucas
Mateo
Lucas Lucas
Mateo
Lucas Paiz
Mateo
Lucas Paiz
Mateo
Paiz
Mateo
Paiz García
Mateo
Paiz Lucas
Mateo
Paiz R.
Mateo
Paiz Ramos
Mateo
Paiz Velasco
Mateo
Pérez Ramos
Mateo
Ramos Diego
Mateo
Ramos García
Mateo
Ramos L.
Mateo
Ramos Lucas
Mateo
Ramos P.
Mateo
Ramos Paiz S.
Mateo
Ramos Pérez
Mateo
Ramos Ramos
Mateo
Silvestre Ramos
Miguel
García
Miguel
García Domingo
Miguel
García Paiz
Miguel
Lucas
Miguel
Lucas S.
Miguel
Mendoza
Miguel
Paiz L.
Miguel
Ramos Lucas
Miguel
Silvestre Lucas
Pascual
Gómez Ramos
Pascual
Lucas
Pascual
Mendoza
Pascual
Paiz
Pascual
Pérez Gómez
Pascual
Pérez Ramos
Pascual
Ramos G.
Pascual
Ramos Mendoza
Pascual
Ramos P.
Pascual
Silvestre
Pascuala
Paiz Domingo
Pedro
Gómez P.
Pedro
Marcos Martín
Pedro
Pérez
Pedro
Pérez Domingo
Pedro
Pérez G.
Pedro
Pérez García
Pedro
Ramos Pérez
Pedro
Ramos Pérez
Petrona
Domingo
Petrona
García L.
Petrona
García S.
Petrona
Lucas
Petrona
Mendoza
Petrona
Pérez Mendoza
Petrona
Ramos Mendoza
René
Gómez G.
Sebastián
Pérez Domingo
Víctimas
desconocidas: 40
Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.
Conozco el área, vi la fosa que hicieron donde enterraron a los comunitarios de San Francisco, frente a una pirámide maya del Clásico Temprano. Gente humilde de Yalambojoch me dio la misma versión que cuenta el periodista.
ResponderBorrarMis papás tuvieron que huir a México al día siguiente, son de Yuxquén, huyeron porque los soldados siguieron para exterminar las demás aldeas circunvecinas de San Francisco; cada vez que cuentan la historia parce película de terror, aún se les ve el miedo en el rostro; haber huido a México era para sobrevivir, no para que las cosas cambiaran, de hecho siguió la tortura a los que nacimos allá, no nos dieron educación, mucha discriminación, entre otros factores; ver a los soldados ahora revive en la memoria lo que pasó, para nosotros un soldado es el símbolo de la muerte, al menos eso cuentan los papás y los abuelos. Nacimos en México, tiene ventajas pero a la vez igual seguimos discriminados por nuestros mismos paisanos solo con el hecho de haber estado en México. Al final los recuerdos seguirán en nuestra memoria y nuestros hijos seguirán con esta historia. Dios bendiga a Guatemala y debemos luchar por un país mejor.
ResponderBorrarMis papás y abuelos son de Yuxquén, tuvieron que huir al día siguiente a México porque los soldados seguían matando a personas en las demás aldeas circunvecinas; cada vez que cuentan la historia se les ve el miedo en el rostro; haber huido a México era para sobrevivir no para que las cosas cambiaran, con los que huyeron y los que nacimos en México siguió la tortura manifestado en la discriminación; un soldado es el símbolo de la muerte para nuestros papás y abuelos, la historia queda, el mido seguirá, nuestros hijos conocerán de esto, las cosas siguen, al parecer aunque han pasado muchos años no ha cambiado nada. Dios bendiga a Guatemala
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