jueves, 13 de diciembre de 2012

Secuestro y ejecución arbitraria de Luis Canella Gutiérrez y secuestro de Roberto Herrera Ibargüen


Caso ilustrativo No. 89
Secuestro y ejecución arbitraria de Luis Canella Gutiérrez y secuestro de Roberto Herrera Ibargüen

I. ANTECEDENTES
El año 1977 estuvo caracterizado por el deterioro económico, que redundó en una mayor pobreza y marginación para los sectores más desfavorecidos de la población, ya golpeados por el terremoto del año anterior y por la polarización política. En ese ámbito, en febrero de 1976 había tenido lugar la aparición pública de un nuevo “escuadrón de la muerte”, el Ejército Secreto Anticomunista (ESA), que publicó una lista de 40 personas “condenadas” a muerte, amenaza que cumplió en varios casos.
Por su parte, la guerrilla desarrollaba la denominada propaganda armada y reinició la práctica del secuestro para estimular el canje de detenidos y la obtención de recursos económicos.
En un comienzo la guerrilla no aceptaba su responsabilidad en los secuestros que sólo pretendían alcanzar fines económicos. Esta actividad se modificó cuando a la extorsión se agregaron objetivos políticos, como la exigencia a la familia del secuestrado de publicar, en campos pagados, boletines de prensa y pronunciamientos de la guerrilla, o bien se requería la liberación de activistas prisioneros.
Esta práctica fue dirigida contra lo que denominaban “la burguesía burocrática”, compuesta por grupos de militares y civiles, que, según la guerrilla, se asociaban para obtener provecho de los negocios del Estado. “Este grupo de burguesía burocrática se caracterizó por ser un sector de nuevos ricos muy avorazados, incluso que no le importaba pasar por encima de otros sectores de la burguesía … que provoca contradicciones con otros sectores de la burguesía … este era el caso de Herrera Ibargüen”.
Las fricciones y pugnas de los sectores tradicionales con este nuevo grupo empresarial se expresaron hasta cierto punto en el tratamiento periodístico concedido al secuestro de Luis Canella, a quien se identificaba con las fortunas del país.
En efecto, en principio la prensa adjudicó la autoría del hecho a la delincuencia común, opinión que reforzó días después el propio ministro de Gobernación, que tampoco otorgó al crimen un móvil político prioritario, a pesar de la polarización que en ese ámbito vivía el país.
Con enfoque similar el Movimiento de Liberación Nacional (MLN) examinó el secuestro de Roberto Herrera Ibargüen, en un comunicado enviado a los periódicos, donde “…condena el secuestro … y no le concede móviles políticos”.
Estas circunstancias, sumadas a la relación de este nuevo grupo empresarial con el Gobierno, convirtieron a Herrera Ibargüen en objetivo idóneo para los fines que la guerrilla se había trazado, pues el secuestro de uno de sus miembros permitía tanto la extorsión económica como la política.
La reacción del Gobierno, al recurrir a los aparatos de Inteligencia para emprender la búsqueda de los secuestrados, y la cobertura periodística, confirmaban lo anterior. El canje de un guerrillero herido, en el caso de Roberto Herrera Ibargüen, es un ejemplo que lo reafirmó.

II. LOS HECHOS
Secuestro y ejecución arbitraria de Luis Canella Gutiérrez
Luis Canella Gutiérrez, de 52 años de edad, era un conocido empresario, miembro del Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF). En el momento de su muerte era miembro del Consejo de Estado de la República de Guatemala. Su adscripción a la derecha política era conocida y notoria.
El día 13 de diciembre de 1977, poco después de las ocho de la mañana, Canella conducía su vehículo, sin compañía, rumbo a su trabajo. Al llegar a la 1ª calle y 7ª avenida de la zona 9 de la Ciudad de Guatemala, fue interceptado por un automóvil del que descendieron varios hombres armados. Lo conminaron a bajar de su vehículo, pero como se negó y opuso resistencia, le dispararon y lo introdujeron en otro carro. “En el Oldsmobile … del industrial Canella, quedaron manchas de sangre, así como en el suelo…
Luis Canella fue herido de bala en la pierna izquierda, y murió pronto debido a la gravedad de la hemorragia causada. “…Lo de Canella fue un intento fallido, Canella opuso resistencia y uno de los que participaba en el operativo … le disparó en una pierna, pero le rompió la vena femoral y el hombre empezó a desangrarse … se le intentó dar atención … pero … la herida era muy profunda y realmente murió desangrado y en el mismo lugar … entonces en la misma carretera por donde estaba y donde murió allí mismo lo dejaron, ya sólo se avisó…
Al día siguiente, a la altura del kilómetro 34.5 de la antigua carretera que conduce al municipio de San Raymundo, departamento de Guatemala, se encontró el cadáver de la víctima, tendido sobre una colchoneta. Le habían hecho un torniquete con su propia corbata. En el lugar quedaron unos anteojos oscuros con esparadrapos pegados sobre los lentes.
El Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP) emitió un boletín de prensa, donde asumió la responsabilidad del secuestro de Luis Canella, a quien calificó de “explotador y financiador de bandas terroristas”, dando a conocer los detalles del secuestro, las razones que lo motivaron y la causa de la muerte:
“El martes 13 de diciembre de 1977 capturamos a Luis Canella, quien sabiéndose culpable de muchos crímenes contra el Pueblo, se resistió en forma suicida. En el forcejeo recibió golpes … Ante su actitud y como último recurso para reducirlo, le disparamos a las piernas. Pero debido a su estado de salud las heridas le resultaron mortales … Nuestro objetivo no era ajusticiarlo sino capturarlo vivo para obtener logros políticos y económicos … El EGP lo había señalado como un enemigo del Pueblo y de la Revolución … cabecilla, organizador y financiador de bandas terroristas … Luis Canella usaba el secuestro y la extorsión de otros ricos … como forma de eliminar a sus competidores … Los golpes económico políticos los realizamos contra … quienes explotan al Pueblo y financian y dirigen a los asesinos de obreros, campesinos, estudiantes, profesionales democráticos…

Secuestro de Roberto Herrera Ibargüen
La publicación del anterior comunicado tiene relación con el hecho atribuido al EGP: el secuestro, el 31 de diciembre de 1977, de Roberto Herrera Ibargüen, vicepresidente del Consejo de Estado, miembro de la Comisión Nacional de Asuntos de Belice, ex canciller y ex ministro de Gobernación en el Gobierno del general Arana Osorio. Además de su actuación en la esfera pública, Herrera Ibargüen era presidente de la sociedad propietaria del ingenio azucarero Pantaleón y accionista de la fábrica de telas Cantel.
Al mediodía de la fecha citada, Herrera Ibargüen viajaba a bordo de un vehículo oficial en compañía de dos guardaespaldas cuando fue embestido por otro vehículo en las inmediaciones del puente Hincapié, a 11 kilómetros de la ciudad de Guatemala. Los agresores ametrallaron el automóvil de Herrera Ibargüen matando a los dos guardaespaldas, quienes habían intentado repeler la agresión abriendo fuego. Sus cuerpos quedaron a un costado del vehículo en que se encontraban.
En estas circunstancias, Herrera Ibargüen bajó del automóvil e intentó huir, pero es alcanzado; e introducido en un “vehículo oscuro y se lo llevan con rumbo desconocido.
El 3 de enero los medios de comunicación reciben un boletín del EGP donde este grupo se responsabiliza del secuestro de Roberto Herrera Ibargüen y del “ajusticiamiento” de los guardaespaldas. El boletín, además, ofrece detalles sobre el secuestro y posterior muerte de Luis Canella. Para finalizar incluye una exigencia a la familia de Herrera Ibargüen: publicar un comunicado de la organización guerrillera, junto con el pago del rescate, cuyo monto se había negociado en privado.
El 10 de enero se publica, en campo pagado por la familia del secuestrado, un segundo comunicado donde el EGP expone su estrategia política y militar.
El 17 de enero las Fuerzas de Seguridad del Gobierno realizaron un operativo, al parecer rutinario, en la Costa Sur, entre San Bernardino y Mazatenango, donde por esas fechas se celebraba una reunión del grupo guerrillero a la que asistían dos miembros de su Dirección Nacional. Tiene lugar un enfrentamiento armado, en que mueren varios guerrilleros y resulta herido el comandante Genaro, quien logra llegar al hospital de Mazatenango tras abordar un transporte colectivo extraurbano. El hecho de llegar herido de bala determina que se lo investigue, a raíz de lo cual las autoridades establecen su militancia política y la causa de sus heridas, por lo que es puesto bajo custodia de policías militares.
Con Roberto Herrera Ibargüen en su poder el EGP sumó a las exigencias ya impuestas la liberación del comandante Genaro, iniciándose un proceso de negociación en que participaron un miembro de la Dirección Nacional del EGP y el jefe del Estado Mayor Presidencial.
El 24 de enero, por la noche, el comandante Genaro es sustraído del hospital de Mazatenango por hombres vestidos de verde olivo, que aprovecharon o provocaron un apagón en las instalaciones del hospital. Una vez desarmaron a los policías que lo custodiaban, a los que dejaron atados sobre el piso, se llevaron al guerrillero. Asimismo burlaron la presencia militar que había en la zona. “La llegada de los hombres armados coincidió con dos operaciones de registro que realizó la Policía Nacional y Militar Ambulante en las dos salidas de esta población…
En las primeras horas de la madrugada del 25 de enero, personas no identificadas dejaron al comandante Genaro en la embajada de Costa Rica.
Del relato que los testigos presenciales, pacientes del hospital, hicieron a los medios de comunicación y de las declaraciones del mismo sustraído, quien aseguró no conocer a los hombres que lo sacaron del hospital, pues le habían maltratado y sus actitudes no se correspondían con las de sus compañeros, se puede inferir que el episodio consistió en un canje realizado por agentes del Estado, por efecto de las negociaciones. Acto seguido el Gobierno guatemalteco concedió un salvoconducto al jefe guerrillero, quien el 28 de enero salió del país.
El 30 de enero, entre las nueve y las diez de la mañana, fue puesto en libertad Roberto Herrera Ibargüen, en Tecpán, Chimaltenango, donde fue recibido por el director de la Cruz Roja guatemalteca.

III. CONCLUSIONES
La CEH adquirió plena convicción de que integrantes del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), cumpliendo órdenes de su Dirección, fueron autores del secuestro y de la ejecución arbitraria de Luis Canella Gutiérrez, así como del secuestro de Roberto Herrera Ibargüen y de la ejecución arbitraria de sus dos guardaespaldas.
La CEH considera que el presente caso es ilustrativo de la práctica del secuestro con fines políticos y económicos, que formó parte de la política de los grupos insurgentes. Los casos expuestos ilustran como, inevitablemente, esta práctica puede conducir a crímenes contra la vida.
Los argumentos de carácter político vertidos por la dirigencia del EGP, no justifican de ninguna manera estos crímenes contra la vida y la libertad de las personas.

LISTADO DE LAS VÍCTIMAS
Ejecución arbitraria, secuestro
Luis Canella Gutíerrez

Secuestro
Roberto Herrera Ibargüen

Víctimas colectivas/desconocidas: 2

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