Caso ilustrativo
No. 49
Desaparición forzada de Irma Flaquer y ejecución extrajudicial
de Fernando Valle Flaquer
“Dile
a Irma que se vaya inmediatamente del país, ya le envié de nuevo el pasaporte,
el dinero y pasaje aéreo para Managua, no quiero excusas que posterguen su
viaje … Si se queda yo no puedo hacer nada por ella, el grupo que decidió su
eliminación física está totalmente fuera de mi control”.
I. ANTECEDENTES
La psicóloga y periodista Irma Flaquer inició su carrera muy
joven. En 1958, a sus 20 años de edad, trabajaba para diferentes medios de
comunicación radiofónicos y escritos. Sobresalió por su actitud crítica que
quedó plasmada en su columna “Lo que otros callan”, que se publicaba en
el diario La Hora y en una época posterior en el matutino La Nación. Su
espacio se caracterizaba por la crítica que hacía a la corrupción política, la
denuncia de la difícil situación de los pobres y de la discriminación a los indígenas.
En todo momento cuestionó la situación represiva que sufrió por la población en
los años setenta.
Contrajo matrimonio con Fernando Valle Arizpe, de quien más
tarde se separó. De su unión matrimonial nacieron dos hijos, Fernando y Sergio.
Al cabo de los años, éste último, por razones de seguridad, optó por vivir en
Israel.
Entre sus actividades políticas la periodista fue militante del
Partido Revolucionario (PR) y ocupó cargos de relieve en la administración
pública.
En 1968 Irma Flaquer sufrió un atentado, cuando trabajaba
como secretaria de prensa de la esposa del presidente de la República. Unos
desconocidos le lanzaron una granada mientras manejaba su auto y resultó herida
de gravedad. En esa oportunidad el presidente Méndez Montenegro le ofreció su
apoyo para abandonar el país. La víctima decidió perdonar públicamente a sus
agresores y escribió un libro titulado A las 12:15, El Sol dedicado a “Mi
querido asesino”.
Luego del atentado, Irma continuó con su labor periodística.
Utilizó su espacio en los medios de comunicación para criticar las violaciones
de los derechos humanos y denunciando la impunidad con que algunos sectores
actuaban.
Para la periodista, 1980 fue un año de intensa actividad. En
enero estuvo presente en la toma de la embajada de España. Allí grabó el
suceso, entregando la cinta a una cadena de radiodifusión europea. Entre otras
actividades, realizó reportajes sobre un cementerio clandestino localizado en
Chimaltenango.
También en el mes de enero la víctima, junto a otros ciudadanos
guatemaltecos, fundaron la Comisión Nacional de Derechos Humanos, que se vieron
obligados a disolver seis meses más tarde, a consecuencia de amenazas de muerte que
recibieron. Esta situación determinó que sus fundadores salieran del país, a
excepción de Irma Flaquer.
Durante el Gobierno de Lucas García la periodista se relacionó
con personas muy influyentes y
desempeñó distintos cargos en la administración pública: psicóloga de la
Dirección General de Presidios, miembro del Consejo Asesor en Política Criminal
y Prevención de la Delincuencia del Ministerio de Gobernación y miembro suplente
de la Junta Directiva de la Empresa Eléctrica, nombrada por el presidente de la
República.
El ministro de Gobernación, Donaldo Alvarez Ruiz, fue compañero
de estudios del ex esposo de Irma Flaquer mientras realizaban los cursos de
primaria. Cuando Alvarez se graduó de Derecho la posición económica de Fernando
Valle Arizpe le permitió contratarlo como abogado y notario de su empresa, y a
resultas de este trato continuado surgió una amistad personal entre ellos.
Pero, al mismo tiempo, Irma Flaquer mantenía relaciones
con opositores al régimen de Gobierno, en particular con representantes de las
Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR). Un testigo que fue miembro de esa organización,
de la que se desvinculó en 1981, afirma que la periodista era militante de las
FAR, siendo su responsable
Sergio Aníbal Ramírez. Este
apareció muerto el 19 de agosto de 1980, luego de una supuesta entrevista que
mantuvo con Irma Flaquer. Esta circunstancia, según asegura dicho testigo,
puede dar lugar a considerar que la periodista fue considerada agente doble por
parte de la organización guerrillera.
Sin embargo, en entrevistas mantenidas por la CEH con representantes
de las FAR, aunque sí confirman el asesinato de Sergio Aníbal Ramírez, no
relacionan el hecho con la supuesta entrevista que éste sostuvo con Irma.
También rechazan que la periodista haya sido doble agente.
Las insistentes amenazas de los grupos de extrema derecha
obligaron a Irma Flaquer a abandonar su trabajo en el diario La Nación. El
vespertino La Hora lo explicó con estas palabras: “Se vio obligada a
retirarse y prácticamente a olvidarse de la carrera periodística debido a las
múltiples amenazas de muerte que había recibido por parte de organizaciones de
extrema derecha; incluso el nombre de la periodista había aparecido en hojas
volantes que señalaban a personas que habrían de ser ultimadas”.
La periodista era vigilada incluso en su
residencia. Ella misma prevenía a sus amigos y parientes sobre esa vigilancia.
En varias oportunidades comentó a varias personas allegadas sobre las amenazas
de muerte que recibía y el temor que sentía.
II. LOS HECHOS
El 14 de octubre de 1980 Donaldo Alvarez
Ruiz, ministro de Gobernación, llamó a Fernando Valle para comunicarle el
siguiente mensaje:
“Dile a Irma que se vaya inmediatamente del
país, ya le envié de nuevo el pasaporte, el dinero y pasaje aéreo para Managua,
no quiero excusas que posterguen su viaje … Si se queda yo no puedo hacer nada
por ella, el grupo que decidió su eliminación física está totalmente fuera de
mi control”.
Preocupado por la advertencia, Valle
consideró hablar con un militar amigo para que intercediera por su ex esposa,
pero el ministro de Gobernación lo disuadió diciéndole, según expresa el
testigo: “La decisión viene de más arriba”.
A pesar de la advertencia, Irma Flaquer no salió de Guatemala.
Su ex esposo le previno del peligro que suponía para ella quedarse un día más
en Guatemala: “Yo insistí que debía ser ese día [el 15 de octubre], le
dije: ‘Mirá, Donaldo me dijo que hoy … tenés que irte, que mañana es tarde’, y
así fue”.
Las amenazas que había recibido la víctima se cumplieron el 16
de octubre de 1980. Ese día, Irma Flaquer almorzó en casa de su hijo Fernando,
ubicada en la 13 calle A y 2ª avenida de la zona 3. Frente a la residencia,
pudieron observar a una pareja de novios sentada en el bordillo de la acera.
Aquellos jóvenes tenían un maletín grande que llamó la atención de los
familiares de la periodista.
A pocas cuadras de la casa, en la 1ª avenida y 13 calle A, otros
testigos afirman que vieron a miembros de la policía judicial, armados, dentro
de un vehículo tipo jeep.
Hacia las seis y media de la tarde, cuando oscurecía, la
periodista abordó su vehículo en compañía de su hijo, quien ocupó el lugar del
piloto. Los parientes de Fernando observaron que, cuando el vehículo de Irma
Flaquer salió de la casa, los dos muchachos hicieron una señal a los ocupantes
de una panel color beige que se encontraba estacionada a una cuadra de la casa,
que se desplazó de inmediato tras el vehículo de la víctima, contra el que
hicieron varios disparos.
Ante el ataque, Fernando viró con rumbo sur
en la avenida del Cementerio. A dos cuadras, en la 14 calle, la panel los
rebasó y les cortó el paso. Los desconocidos volvieron a dispararle. En ese
momento, desde una calle cercana, 13 calle “C”, salió un microbús cuyos
tripulantes también abrieron fuego contra ellos. Fernando resultó
gravemente herido; una bala expansiva le penetró en la cabeza, perdió el
control del volante, chocando el vehículo que conducía contra la pared de una
casa ubicada en la 14 calle y la avenida del Cementerio de la zona 3. Irma Flaquer sufrió heridas que no
le impidieron salir del carro pidiendo a gritos ayuda médica para su hijo. En ese momento varios individuos que
participaron en el ataque armado, dieron alcance a la periodista, cubrieron su
rostro con un pañuelo y rápidamente se la llevaron del lugar. Dentro del
expediente no se establece de cuál de los vehículos salieron los sujetos que
secuestraron a Irma.
Un hombre que presenció los hechos fue perseguido por los
agresores hasta la 2ª avenida y 8ª calle de la zona uno, donde lo ejecutaron. La CEH posee plena certeza de que
otra persona que transitaba a la misma hora y por el mismo lugar, fue herido en
una pierna, y fue trasladado al Centro Médico.
Menos de media hora después el vehículo de placas P143196,
propiedad de la víctima, en cuyo interior se encontraba su bolsa de mano, una
grabadora pequeña, cintas grabadas y otros instrumentos de trabajo, fue
retirado del lugar y
trasladado a la Brigada Militar Mariscal Zavala.
Fernando Valle Flaquer fue trasladado, en estado grave, al
Hospital General San Juan de Dios. Murió a las pocas horas de ingresar en el
centro asistencial. Recibió sepultura el 18 de octubre de 1980.
Ese mismo día, el ex esposo de Irma Flaquer y padre de Fernando,
ofreció públicamente una recompensa para quienes ayudaran a esclarecer el
asesinato de su hijo y la desaparición de la periodista. Como resultado, su
casa fue ametrallada a las ocho de la noche.
Aunque la mayoría de los antecedentes registrados por la CEH
puede indicar la participación de las Fuerzas de Seguridad en el hecho, un
testigo sostuvo la responsabilidad de las FAR en el mismo. Este, ex militante
de las FAR y desvinculado de la misma desde 1981, declaró ante la CEH que él
proporcionó a Irma Flaquer “una ruta fijada por la Dirección Nacional Ejecutiva
de las FAR”, un punto de encuentro y uno de “reserva”, trayecto
predeterminado donde la secuestraron.
El supuesto conocimiento de la ruta que
seguiría la víctima lleva a sostener al testigo que este grupo guerrillero
planificó y consumó la operación.
III. DESPUÉS DE LOS HECHOS
La búsqueda que inició la familia de Irma Flaquer fue en vano.
Visitaron morgues y hospitales tratando de identificar el cuerpo de la
periodista entre las decenas de cadáveres que por aquellas fechas a diario
aparecían.
Un testigo ante la CEH manifestó que el
arzobispo monseñor Mario Casariego, amigo muy cercano de Irma Flaquer, habría
manifestado a los familiares de las víctimas su imposibilidad de oficiar misas
públicas por ella, debido a que “fuerzas superiores se lo habían impedido”.
Son numerosos los informes públicos que
aseguran conocer el paradero de Irma Flaquer, pero ninguno de ellos proporciona
antecedentes que otorguen certeza a sus afirmaciones. Antonio García Borrajo,
en un informe preparado para la Federación Internacional de los Derechos del
Hombre, llegó a la conclusión de que Irma Flaquer se encontraba recluida en una
cárcel clandestina en la antigua Escuela Politécnica:
“Se encuentra en el subterráneo de una
prisión clandestina de la Escuela Politécnica de Guatemala, en un estado
gravísimo, en una situación de demencia avanzada, consecuencia de las torturas
que ella sufrió y a las violaciones que ha debido aguantar … Durmiendo en el
suelo en los subterráneos citados, en condiciones y estado penosísimos, su peso
no llega a los cuarenta kilos”.
Los familiares de la víctima continuaron sufriendo amenazas. Incluso, el hijo
menor de Irma Flaquer, residente en Israel, recibió llamadas de este tipo. En
una de ellas le dijeron que su madre se encontraba viva y en estado de
demencia.
Si bien el Gobierno lamentó formalmente la
desaparición de la víctima y la muerte de su hijo, no se produjo el
menor esfuerzo oficial para investigar lo ocurrido. En el proceso judicial la
única diligencia practicada fue el acta de reconocimiento del cadáver de
Fernando, hijo de Irma. No se practicó reconocimiento judicial sobre el
vehículo, no se escuchó a los familiares, ni se tomó declaración a la persona
herida. Los parientes de
las víctimas no pudieron recuperar el vehículo ni las demás pertenencias de la
desaparecida.
IV. CONCLUSIONES
Los variados y coincidentes elementos de convicción
reunidos por la CEH permiten reconstruir con suficiente precisión la forma en
que sucedieron los hechos que determinaron la desaparición de Irma Flaquer. Dichos
hechos derivaron de una decisión premeditada de eliminar a la víctima, acción
en la cual fueron ejecutados arbitrariamente Fernando Valle Flaquer, hijo de
ésta, y un transeúnte que pasaba por el lugar del atentado, resultando herida
otra persona.
La existencia de un testimonio de referencia, único, que
adjudica la responsabilidad de los hechos a las Fuerzas Armadas Rebeldes,
sumado a otras referencias sobre algunas actividades de la periodista víctima
de la desaparición, crearon en la Comisión una duda inicial razonable sobre
dicho aspecto de la investigación.
Sin embargo, la mayor cantidad de antecedentes recabados, todos
contestes y provenientes de fuentes diversas, le permite establecer una presunción
simple de que, en los hechos, participaron agentes de Estado o sujetos que
contaron con su aquiescencia o tolerancia y, en todo caso, con su posterior
protección y encubrimiento, constituyendo su desaparición, así como la muerte
de otras dos víctimas y las lesiones inferidas a un tercero, violaciones a los
derechos a la vida, la libertad y la integridad física de las víctimas.
Entre aquellos antecedentes destacan la calidad de la víctima,
su denuncia pública de la violencia desatada desde el poder y de violaciones de
derechos humanos, las serias y comprobadas amenazas recibidas por ella, algunas
de las características del procedimiento empleado por los autores y la omisa
actitud de las autoridades encargadas de investigar el crimen, en un contexto que
hacía inverosímil concebir la impunidad de un hecho de esta naturaleza sin que
mediara tolerancia del Estado.
Atendida la circunstancia de no haberse realizado una
investigación seria del caso, la CEH se formó la convicción de que las
autoridades responsables del Estado de Guatemala faltaron gravemente a su deber
de investigar y sancionar los hechos, violando el derecho a la justicia.
De todos modos, el caso ilustra claramente
los niveles de intolerancia a que condujo el desarrollo del enfrentamiento armado
interno, que derivó en la pérdida, para Guatemala, de destacadas personalidades
cuya eliminación física significó una notable pérdida para el acervo cultural
del país.
LISTADO DE
LAS VÍCTIMAS
Ejecución arbitraria
Fernando Valle Flaquer
Desaparición forzada, tortura, herido en atentado
Irma Marina Flaquer Azurdia
Víctimas
colectivas/desconocidas: 1
Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.
Fuente: CEH, Guatemala memoria del silencio.
Que espantoso hecho!El profesionalismo y amor a su carrera,la lealtad a sus convicciones la hicieron seguir adelante y que increible,sin guardespaldas,sin temor,admirable su valentia,pero le costo su vida.Todos los crimenes que "disque fue la guerrilla" en esos tiempos,es falso,a menos que la guerrila haya reivindicado esos asesinatos.
ResponderBorrarmira lo que acaba de salir a la venta
ResponderBorrarhttp://www.sophosenlinea.com/libro/desaparecida_80811
Por mera casualidad compre el libro Desaparecida y me he conseguido con la historia de una mujer que no reparo en el peligro que la rodeaba o mejor dicho que no le importo poner su vida de por medio con tal de hacer las denuncias y ser la voz del que no tiene voz; no conocia nada de la histori a de Guatemala y a traves del libro he conocido un poquito los horrores que han vivido, soy de Venezuela y creo q pocos periodistas aca podrian estar a la talla de la Sra Flaquer q triste q cuando se trata de la verdad solo el q esta en el poder es quien se cree dueño.
ResponderBorrarHonor y gloria para todos aquellos q han muerto pot creer que podemos vivir en un mundo de igualdad y transparencia. Saludos.
Tuve el honor de haber tenido al participacion de la periodista en una clse de meditacion trascendental que imparti en 1975.
ResponderBorrarTuve el honor de haber tenido al participacion de la periodista en una clse de meditacion trascendental que imparti en 1975.
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