Lo que para analistas políticos es un
síntoma de descomposición, representantes de algunas instituciones de
beneficencia lo consideran como una bendición. “Teletón caída del cielo”,
“Teletón espontánea”, “Navidad anticipada” y “Bendición del Señor” son las
expresiones más usadas por representantes de instituciones de beneficencia, que
entre sonrisas no confirman, ni niegan, haber recibido millonarias donaciones
en el curso de los últimos días.
Según se filtró a medios de prensa, en
una agencia bancaria cercana al Congreso de la República se realizaron –casi de
manera simultánea– diez depósitos de dinero, en efectivo, a nombre de tres
instituciones de beneficencia, equivalentes a un millón de quetzales. Al
trascender el hecho, algunos medios de prensa que cuentan con informantes en
instituciones gubernamentales especializadas, pudieron constatar que en todo el
país, en un lapso de 24 horas, se realizaron 103 depósitos similares a esos
diez, totalizando 10.3 millones de quetzales.
Aunque en un primer momento resultaron
inexplicables tales movimientos, pronto se puso en evidencia lo sucedido: la
inmovilidad del Congreso de la República en relación con la aprobación de
nuevas leyes obedecía a que a los grupos mayoritarios en dicho lenocinio les
era difícil ponerse de acuerdo con el Organismo Ejecutivo sobre el precio de su
voto. Finalmente, para desentrampar la agenda de gobierno los diputados
recibieron una alta suma de dinero para la aprobación de diferentes leyes, sin que,
en un primer momento, se les especificara cuáles eran las leyes por las que
deberían levantar la mano favorablemente. Luego de “eligir” nueva Junta Directiva y aprobar el presupuesto general
de ingresos y egresos de la nación, los honorables diputados recibieron la
lista de leyes que deberían aprobar. Entre ellas estaba la ley en contra del
enriquecimiento ilícito, por la cual más de algún diputado ha expresado: “Yo
por esa ley no voto, ni porque me den 10 millones”.
Ante la imposibilidad de devolver el dinero recibido,
los diputados optaron por decir que no votarán por esa ley haciendo los
depósitos ya indicados. En horas de la tarde de ayer trascendió que en las
oficinas de la secrataria general del partido oficial se recibieron, por fax,
alrededor de 100 boletas de depósito bancario.
(*)
El País Paralelo es un paraíso ficticiamente real, en donde de vez en cuando
suceden eventos –eventuales, no planificados– positivos.
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